sábado, 6 de abril de 2013

Capítulo 29. 'No duele'.

-         Tiene que estar por aquí.
Finnick rodeó otra de las casas por segunda vez. Annie había dicho que su playa estaba detrás de la Aldea de los Vencedores y que se entraba por una cueva, y solo había una parte de la Aldea que estuviese rodeada de rocas.
-         Finnick, no sabes dónde está.
Mags lo esperaba junto al porche de una de las casas. Habían estado buscando la entrada a la playa de Annie durante tres horas sin éxito, y Mags estaba cansada de buscar algo que, aparentemente, no podían encontrar.
Sin embargo, Finnick era obstinado.
-         Ella dijo que estaba aquí. Es cuestión de ver donde los demás no ven.
Mags se acercó a él y le puso una mano en el hombro.
-         Finn, ella recordará todo otra vez. Yo lo recordé.
Finnick se giró con brusquedad para encontrarse con la mirada de la anciana.
-         Ella no es como tú, Mags – respondió.
-         Bueno, probablemente sea más parecida a mí que a ti, así que…
Finnick volvió a darse la vuelta, dirigiéndose a las rocas. Sentía la piedra cálida y húmeda bajo la mano. Palpó toda la superficie dos veces, pero no encontró ningún saliente o agujero. Era condenadamente lisa.
-         Tienes que dejarla que recuerde por sí misma, Finn.
Finnick se apartó de la piedra, dando un fuerte manotazo. Mags se acercó de nuevo a él y le cogió la mano dolorida con el cariño de una madre. Finnick se apoyó contra la roca.
-         Sé que ella puede encontrarla – suspiró -. Sé que si la dejo por aquí, acabará por encontrarla. Pero…
-         … pero quieres traerla de vuelta. Lo sé.
Finnick se tocó el cuello con la otra mano. Mags tiró de él hasta sacarlo de esa zona de la Aldea, al mismo tiempo que le acariciaba la zona enrojecida de la mano.
-         No, no es eso – respondió Finnick -. Quiero que regrese, pero yo no puedo hacerla volver. No puedo… llegar hasta ella, ¿entiendes?
-         Entiendo – susurró Mags.
-         Yo no puedo, pero esa playa sí. Estoy seguro.
Mags continuó andando. Finnick no había hablado con ella acerca de lo que le había contado, no le había preguntado cómo se recuperó a sí misma después de la Arena, aunque se moría de ganas por hacerlo. Sabía que cualquier pista le conduciría hasta Annie. Sin embargo, Finnick sabía y había sabido siempre que Mags no hablaba nunca de sus juegos, ni de los años que habían pasado después. Tampoco hablaba de los niños que no había podido salvar, de los niños que había visto morir. Preguntarle sobre eso sería algo que ella odiaría. Si Mags quería contarle algo, ella tendría que decidirlo.
-         ¿Cuándo piensas contarle lo de su madre?
Finnick tragó saliva. Ni siquiera había pensado en ello. Annie ya estaba lo suficientemente rota. Decirle que su madre había muerto no sería más que otra grieta para hacerla añicos.
-         ¿Cuándo debería? – preguntó el chico, con la voz repentinamente ronca.
-         Yo ya se lo habría dicho – respondió Mags, sin mirarlo -. Mejor recibirlo todo de golpe que poco a poco.
Finnick apartó la mirada. Sabía que, tarde o temprano tendría que decírselo, pero el miedo a perder completamente lo poco que le quedaba de Annie era mayor al sentimiento de culpa. Sabía que, si le decía a Annie que era huérfana, no quedaría nada de ella que pudiese recuperar.
-         Pero si se lo digo, ella se perderá completamente.
-         ¿Se perderá a sí misma o la perderás tú?
Finnick frenó en seco. A veces se preguntaba si Mags podía leer las mentes, porque estaba claro que era capaz de ver más allá de las personas, como si fuesen libros abiertos.
-         Yo…
-         Eso es egoísta y lo sabes, Finnick Odair – reprochó la anciana.
A pesar de que él mismo sabía que Mags tenía razón, la acusación le puso furioso. Estaba intentando encontrar qué era lo mejor para Annie. Si se lo decía ahora, ella nunca volvería a estar bien, o medianamente bien. Se quedaría anclada en constantes recuerdos sobre lo malo que la rodeaba, regresarían las sombras y él ya no podría rescatarla. Y, si se lo decía más tarde, ella, aunque ya se hubiese recuperado, volvería al estado inicial, como si no hubiese avanzado nada. Hiciese lo que hiciese Finnick, el resultado siempre sería malo para ella.
-         Tú sabrás lo que haces, Finn – añadió la mujer.
Mags se soltó de su mano y se encaminó hacia su casa, situada enfrente de la de Finnick. En realidad, Finnick no añoraba su casa, la cual no había pisado desde que se encaminó al Capitolio como mentor de Annie y Kit, sino su hogar. Recordaba el lugar en el que había vivido de niño, pescando, y deseaba volver, aunque no quedase más de ese lugar que ruinas.
La casa de Annie estaba un par de casas más allá de la de Finnick. El chico había estado allí con Annie el día anterior, después de llegar del Capitolio. Ella había recorrido la casa palmo a palmo, hasta que se había sentado frente a una ventana a observar el mar. Había estado allí sentada durante horas.
Finnick la había llevado a su cama en cuanto cayó dormida y se había tumbado junto a ella para descansar, exhausto. Esa mañana, cuando había despertado, se había encontrado con dos mujeres que habían sido contratadas por Ovlidia Craster, la alcaldesa del distrito 4, para cuidar de la chica.
Una de las mujeres era la abuela de Kit.
Finnick la había mirado con remordimientos, sintiéndose inmensamente culpable de la muerte del chico en el estadio. Sin embargo, la mujer le había puesto una mano en el hombro y, con los ojos, le había dicho que lo perdonaba.
Finnick se sacó una llave del bolsillo del pantalón y la introdujo en la cerradura de la casa de Annie. Y, justo en el momento en el que abrió la puerta, escuchó el grito.
Finnick apenas tardó cinco segundos en darse cuenta de que el grito procedía de Annie y precipitarse hacia su voz.
En cuanto entró en el baño, Finnick corrió hacia Annie y la apartó de la bañera, al mismo tiempo que la chica temblaba entre sus brazos y pataleaba para liberarse. La abuela de Kit miraba conmocionada a la chica, mientras que la otra se tapaba la nariz sangrante con la mano.
-         Señor Odair, ella… - comenzó la abuela de Kit – al tocar el agua… se volvió loca y… le dio una patada a Marie…
Finnick comprendió. Les dijo a las mujeres que se marchasen, susurrando una disculpa, y, cuando estas salieron, cerró la puerta, sin soltar a Annie. La muchacha temblaba y lloraba al mismo tiempo.
-         Ellas… - comenzó -. La ola, quería llevarme otra vez. Me tocó y…
Finnick se acercó con ella a la bañera, llena hasta arriba de agua caliente. En el Capitolio, cada vez que Yaden y su equipo de estilistas había bañado a Annie, ella estaba calmada gracias a la morflina y apenas se había enterado.
Annie se revolvió entre sus brazos, gimiendo.
-         No quiero, no quiero…
Finnick dejó a Annie en el suelo, junto a la bañera. La chica únicamente llevaba una camiseta demasiado larga y la ropa interior. Las mujeres ni siquiera habían podido desnudarla antes de que ella enloqueciera. Annie lo miró con los ojos llorosos, asustada.
-         ¿Confías en mí? – preguntó Finnick, agarrando el borde de la camiseta.
-         Pero… yo no quiero… no quiero que ella me toque. Me… me duele.
Finnick se levantó y se sacó la camisa oscura. Annie lo miró, apartándose las lágrimas de los ojos. El chico sonrió y empezó a quitarse los pantalones. Cuando únicamente llevaba su ropa interior, se acuclilló junto a Annie y volvió a  agarrar el borde de la camiseta.
-         ¿Confías en mí? – repitió.
Annie asintió y él le quitó la camiseta con delicadeza, como siempre hacía cuando se trataba de ella. Acto seguido, volvió a coger a Annie en brazos y levantó una pierna para meterse en la bañera. Por suerte, era lo suficientemente grande para los dos. Sin embargo, antes de que la planta de su pie pudiese rozar el agua, Annie empezó a chillar.
-         ¡No, Finnick, no, ella… ella te va a hacer daño, no…!
Finnick introdujo el pie en el agua caliente de la bañera, y después el otro. Annie tiraba para soltarse de él, pero Finnick la mantenía apretada contra su pecho.
-         No, Finnick… - lloriqueó la chica.
Finnick separó a Annie de su cuerpo y la miró a los ojos vidriosos.
-         Estás conmigo, ¿recuerdas? – susurró -. Nada malo va a pasarte mientras estés conmigo.
-         Pero ella… duele… Yo… No quiero.
-         No duele, Annie. Confía en mí, por favor.
Annie, temblando, se acurrucó contra su pecho de nuevo, y Finnick se agachó con cuidado para meterse por completo en la bañera.
En cuanto el agua rozó a Annie, ésta empezó a temblar con mucha más fuerza, y Finnick sintió cómo su pecho se mojaba con sus lágrimas. Sin embargo, él continuó hasta que el agua les llegaba a ambos por el pecho. Se sentó y colocó a Annie en sus piernas, de modo que la espalda de la chica descansase sobre su pecho.
Finnick le rozó el pelo con los dedos.
-         ¿Ves, Annie? No duele.
Poco a poco, Annie dejó de temblar. Minutos después, alargó una mano hacia el agua y observó fascinada cómo corría entre sus dedos. Finnick vio en su reflejo que sonreía.
-         No duele – repitió ella.
Había ganado.
Finnick la rodeó con los brazos, apoyando la barbilla en su cabeza.
-         ¿Estás bien? – preguntó.
Annie se giró y le sonrió. Y para Finnick, esa fue la mejor respuesta.
Cuando Annie se sintió segura, tranquila en el agua, Finnick salió de la bañera para bañarla. Ella arrugó la nariz en señal de protesta, pero él la salpicó levemente y Annie se concentró en las gotitas de agua que quedaron en su piel, fascinada.
-         No duele – decía, una y otra vez, con una sonrisa.
Finnick la desnudó y, al contrario de lo que habría esperado, no se sintió intimidado por su desnudez. Había visto muchos cuerpos desnudos en el Capitolio, cuerpos grotescos, pero el de Annie era un cuerpo real, y esperaba sentir vergüenza al verlo. Sin embargo, no sintió nada de eso. Era real. No tenía pinturas ni piedras en la piel, ni implantes. Sentía fascinación ante algo tan puro.
Finnick deslizó la esponja por su piel, limpiándola, y luego lavó su pelo. Y Annie continuó jugando en el agua, como una niña. En muchos sentidos, era exactamente eso, como una niña, tan pequeña, tan inocente.
Incluso cuando la sacó del agua, ella gruñó y volvió a arrugar la nariz, ese gesto adorable que hacía siempre que no le gustaba algo. Finnick la envolvió con una toalla y la llevó de vuelta a la habitación para vestirla.
Cuando estuvo lista, ella le sonrió.
-         No dolía, Finnick – dijo, riendo.
-         Te lo dije – sonrió él, abrochándole el último botón de la blusa.
Annie se levantó y tiró de su mano.
-         ¿Dónde vamos? – preguntó Finnick, acompasándose a su carrera.
Annie soltó una carcajada y se paró frente al ventanal que daba hacia la playa. Se sentó en el suelo, con la nariz a centímetros de la ventana. Finnick se sentó a su lado y la observó. El pelo mojado le caía a ambos lados del rostro, ondulado, de un brillante color castaño. Siguió con los ojos la forma de su nariz, pequeña, con la punta levemente levantada. Sus pestañas largas, la manera en la que el sol se reflejaba en sus ojos, haciéndolos parecer más claros.
-         Annie… - susurró Finnick.
-         Ya no tengo miedo, Finn – dijo de repente ella -. Ella no me hizo daño.
Finnick sonrió, al ver cómo las comisuras de la boca de la muchacha se elevaban. Annie se acercó a la ventana hasta apoyar la frente sobre el cristal y se quedó mirando el mar de nuevo.
En ese momento, Finnick sintió dos cosas.
La primera: no podía decirle nada sobre su madre. A pesar de que fuese por una causa egoísta, a pesar de que ella tuviese que saberlo, él no podía contárselo. No sería capaz de perder a Annie, de ver cómo ella se rompía sin posibilidad de volver a recomponerse.
Y la segunda: Mags sería capaz de sacrificarse por él. Ella lo había dicho. Lo quería hasta ese punto.
Y él sería capaz de morir por Annie. Él también lo haría.



*Yehheeeeey, paticos. ¿Qué tal? Ña. Bueno, estoy aquí para informaros de... (redoble de tambores)... ¡este es el final... de la primera parte del fic! Ehé, he dividido el fic en tres partes. Y bastaaaaaante largas, las tres, así que creo que llegará un momento en el que no querráis seguir leyendo más, ña. Pero yo seguiré, porque Annie y Finnick son mucha ternura para mí. Espero que lo estéis disfrutando, que no sabéis lo que significan para mí vuestros comentarios, o incluso sólo que lo leáis. La razón de que lo escriba sois principalmente vosotros, aunque seáis uno, dos, diez o veinte. Como si solo es un pato.
Este fic va dedicado a las Fireducks. Sin desmerecer al resto de lectores, pero vuestras críticas son probablemente las más importantes para mí. Vosotras también hacéis este fic, aunque no lo penséis. Ña.
Y bueno, voy a ir acabando. La segunda parte del blog empezará el domingo 14 (YEHEY, EL TRÁILER DE CATCHING FIRE), y muy probablemente, el martes 9 (PARAMORE, YEHya veis que elijo bien las fechas. Es una estrategia para pillaros emocionados, ña) suba algo así, diferente, en plan súpersorpOK, NO, but algo diferente, ña. Y he cambiado el diseño del blog, más que nada porque creo que todo necesita un cambio. Y eso, que os adoro, ña.
Azucarillos muchos para vosotros. Saluda:  El Pato :)*.

8 comentarios:

  1. Aquí TwoLionsOneBow. Joooo, es que cada vez me matas más *-* Escribes que es perfección, además es que... No sé, haces la historia tan... Asdfsdhjdjkd. Perfecta *-* Me encanta.
    Admito que me he asustado un poco cuando he leído lo de ''Se acaba la primera parte del fic'', luego he leído que las dos otras son largas y ya me he calmado un poco. Supongo, que ni hace falta decir que ME MUERO POR VER QUE NOS PUBLICAS EL DÍA 9 *-------* No que consiga que me compren Paramore, porque así de cruel es el universo conmigo, pero estaré contenta por ver que nos traes, Pato <333 GANAS. MUCHAS GANAS *-*

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ñaaaaaaa Muchísimas gracias :)
      Prometo que las dos partes que quedan son largas, ña. Ya sabes, tengo que inventarme cinco años, más luego todo lo del Vasallaje... Da mucho juego :)
      Espero que te comprasen Paramore/isco perfecto/octava maravilla del mundo/orgasmo auditivo. La verdad es que es un álbum increíble.
      Otra vez, muchísismas gracias <3

      Eliminar
  2. PRIMERO Y ANTES DE NADA, FIREDUCKS FTW.
    Annie Cresta es… es... Godness. Finnick Odair es God. Todos perfectos, jopé. Algún día me matarás con personajes tan sumamente adorables. Just saying.
    La relación entre Mags y Finn es muuuuy romántica, le hace la competencia a Annie... Vale, no. El “-Yo ya se lo habría dicho – respondió Mags, sin mirarlo -. Mejor recibirlo todo de golpe que poco a poco.” me recordó a Johanna... Y no, no estoy obsesionada con ella. Bueno, sólo un poco.
    Una alcaldesa apellidada Craster… GAME OF THRONES. Una Craster mucho más agradable y Buena que le da trabajo a la abuela de Kit, but… Por cierto, eso me recordó a Hazelle y Haymitch. Yo siempre pensé que entre ellos habría algo.
    “-Nada malo va a pasarte mientras estés conmigo.” Bien Finn, métele más miedo para que no pueda estar con más gente. En serio, ahí da la sensación de que la está manipulando a su favor... Igual que al no decirle lo de su mamá. Seguro que no se lo dice para poder seguir bañándose con ella... Jum. Ok, no.
    ¿Qué puedo decir de la escena de la bañera? Just ASDLVNSDKAJSVDASBF. Sin que sea ofensivo, Annie es como un perrito que no se quiere bañar y que luego de queda petado mirando por la ventana. Por cierto, ¿tanto le cuesta a Finn llevarla a la playa en lugar de tenerla mirando por la ventana todo el día? Luego están los pensamientos de Finn haciendo que lo adore todavía más, jopé. ¡Y ANNIE REPITIENDO TODO EL RATO QUE NO DUELE! Ña.
    Me gusta la nueva imagen del blog. Me gusta la idea de que la semana que viene tendremos dos cosillas tuyas para leer. Oh, y la foto del final es simplemente perfecta.
    Pd: Eh, eh, eh... Al final no me quedé tan lejos con mis ideas descabelladas sobre el fic, si no fuera por lo de Radis, claro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ña, siempre que leo tus comentarios estoy como ':)))))*jajaja*:333'. Just saying también.
      Ya tengo escritas dos escenas posibles para Mason, sí, sí, vas a esperar ese capítulo. Aún no tengo decidido cuál voy a poner de las dos, pero se acerca un capi de Johanna. I promise.
      Ya sabes que siempre pongo cosillas de otros libros, but... las de CdHyF me salen sin pensar. La alcaldesa Craster ya sale en el primer capítulo de fic... Muahahahahaha. ¿Hazelle y Haymitch? Nunca lo había pensado, ña. Aunque, conociendo a Suzanne... Seguro que acababa matando a uno de los dos. JUM.
      Finnick no sabe lo que quiere. Como yo lo veo, él está más perdido que Wanda intentando ser violenta (?). Por lo menos hasta el 'she crept up on me'... ÑA, ÑA.
      Ahí va un secreto: chicos bañando a chicas mentalmente desorientadas... Eso fue un sueño que tuve al acabar Sinsajo. Y... por eso... empecé a crear en mi cerebro de pato el fic. Dato.
      Pd: Te dije que no ibas mal, jum

      Eliminar
  3. PatooooQUE CASI ME DAS UN INFARTO. "¡este es el final... de la primera parte del fic!" POR DIOS. En fin, prosigamos.
    GOSH. Cuando creo que Finnick Odair no puede ser mas perfecto, BOOM, el pato cada vez le hace tener mas lineas tan DASFSKDFJSAFPOIJKNJASDF. Annie es amor. Me causa muchísima ternura. "-No duele – decía, una y otra vez, con una sonrisa. " Me causa, no sé, emoción.
    "Y él sería capaz de morir por Annie. Él también lo haría." A ESTO ME REFERÍA, GOD. ASDFJASDFSAIDFO AMOR AMOR AMOR.
    ¿La playa es algo así como la cámara de los secretos o...? Annie, ella sabe donde está. Y tendrá que enfrentarse a Voldi. Lo sé, lo sé.
    Con respecto a como se ve el blog, me gusta. Tiene un toque modernoso en la parte superior(? y el fondo me recuerda al mar. Creo que esa era la idea...ajá.
    Las fechas que elegiste para subir las cosas, mi parte fangirl explotará y colapsará toda la red patuna. Que conste.
    Seguí escribiendo perfección, porque me encanta leerte pato. Creo que eso ya lo sabes de sobra, ÑA, ÑA Y MÁS ÑA *-*. Si no estuviera tan lejos te abrazaría. JEP. -siente la indirecta distancia-

    PD: Los comentarios de lalasa son épicos.

    Atte: Una orgullosa Fireduck, chispitas :3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Méeeeeeeeeh, soy malvada, ña :)
      En realidad, Finnick ya es mucha perfección. Es solo que yo estoy plasmando aquí su diario (?). Na, Finnick Odair es igual a mucha, mucha perfección y mucho, mucho amor.
      Igual hay Horrocruxes... Todo puede pasar, ña.
      Jo, en serio, Chispas, muchísiiiiiimas gracias. Te devuelvo el abrazo por vía cibernética.
      Pd: Lalasá es épica.
      <3

      Eliminar
  4. Nos mataste a todas con lo de que era el final, casi te quedas sin fireducks ¬¬
    Y ya sé que leo esto muy tarde, imagínate la vida ocupada que llevo (?) Peero así no tengo que esperar casi nada para el inicio de la segunda parte.

    Las partes serán: Los Juegos - Amor pasteloso y tierno - Finnick se salva y cuida a su hijo.

    :D :D :D :D ¿A que sí?
    ¡¡HAZME FELIZ!!
    Por favor.

    Ah, y tenemos un problema,Pato. Tal y como me describes a Annie (arrugar la nariz, la sonrisa...)pues yo veo a Hayley XD Lo que resulta confuso porque nadie quiere a Hayley en unos Juegos del Hambre.

    Saludos. Felicitaciones. Enhorabuenas.

    Presidenta de los Fireducks.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaja ¡ Nooooo, por favor, sin fireducks nooo ! Na, tranquilidad. Quedan dos partes, largas, muy largas. Hay Finnick y Annie para rato, méh.
      Ojalá pudiera, tulipán, ojalá pudiera...
      OH, GO, HAYLES... Es que Hayley es una monería, jopé, ¿cómo no voy a copiar algunos gestos? Pero no, Hayley en los Juegos, no. Aunque sonríe y pum, todos muertos. Y si no, puede ir por ahí dando abracitos. Lost the battle, win the war.
      Ñañaña, muchísimas gracias, en serio <3

      Eliminar