domingo, 19 de mayo de 2013

Capítulo 35. 'Mujeres'.

Annie se cruzó de brazos, arrugando la nariz mientras hacía un puchero.
-         ¿Por qué no puedo ir?
Dexter levantó la cabeza del libro que sostenía en las manos, frunciendo el ceño.
-         Ya te lo he dicho. Si me dejas ir contigo, iremos. Mientras tanto…
-         Pero es que ese sitio es mío. Solo Finnick puede entrar.
-         Entonces, lo siento, Annie, pero no.
La muchacha soltó un bufido y se dejó caer en el sillón, enfurruñada. Finnick no estaba, y ella tenía muy claro que nadie salvo él iba a entrar en su playa. Pero no sabía cuándo el muchacho iba a dignarse a volver, así que no sabía cuándo podría ir de nuevo.
Y ella quería (más bien necesitaba) ir.
-         No tenemos por qué quedarnos aquí – murmuró Mags, apartando la mirada del televisor -. Podemos ir al pueblo si quieres.
Annie negó con la cabeza.
-         No, yo quiero ir a la playa.
-         No seas cabezota – advitió Dexter, poniéndose una mano en el mentón mientras pasaba la hoja.
Annie se pasó una mano por el pelo. No iba a poder convencerlos de ninguna de las maneras. Mags clavó en ella sus ojos grises y le dedicó una sonrisa, a  pesar de que ella solo le devolvía miradas de reproche.
-         Vamos al distrito, An. Hoy hay mercado.
Respiró hondo, resignada, y se levantó del sillón.
-         Esperad, yo también voy – avisó Dexter, levantando un dedo sin apartar la mirada del libro -. Un minuto.
-         Sesenta, cincuenta y nueve, cincuenta y ocho – gruñó, Annie -. Ya tardas.
Annie observó a Dexter. Le sorprendía la capacidad del hombre para mantener la concentración en el libro y seguir constantemente pendiente de ella. Mags cogió una chaqueta del perchero y se la tendió a la chica, que la miró con una media sonrisa.
-         ¿Es la de Finnick? – preguntó, poniéndosela.
-         ¿Sí? No me había dado cuenta.
Mags le guiñó un ojo mientras se ponía su propia chaqueta de piel. Annie se miró en el espejo. La chaqueta era de un azul muy oscuro, aunque sin llegar a ser negro. Olía a mar, a arena y a sol, si es que el sol podía oler. De cualquier forma, ese sería el olor que debería tener. Agradable y cálido.
-         Dexter – susurró, llevándose la manga a la nariz -. ¿El sol puede oler?
-         ¿El sol?
-         ¿Sí? ¿Huele el sol?
Dexter miró a Mags, que agachó la cabeza mientras se ponía las botas.
-         Déjalo, An. Dex es del Capitolio, tiene la imaginación de un ladrillo. Él no sabe nada.
-         ¡Eh!
Annie sonrió mirando al hombre, que murmuró una queja entre dientes.
-         ¿Pero el sol huele entonces o no?
Mags se levantó y le puso una mano en el hombro.
-         ¿A ti te huele a algo?
Annie levantó las cejas antes de negar con la cabeza.
-         Pues ya está.
-         ¿Quién no tiene imaginación ahora, eh? – gruñó Dexter, dándole un golpe suave en el hombro a la anciana.
Mags tomó una bolsa de piel del perchero y se la colgó al hombro. Dex se atusó la ropa y se abrochó la chaqueta de cuero hasta el cuello, mientras Annie mentía las manos en los bolsillos de la chaqueta de Finnick.
-         ¿Nos vamos?
La anciana abrió la puerta. Annie pensó en salir corriendo y escabullirse hasta la playa. Ni Dexter ni Mags la encontrarían, pero no tenía ninguna oportunidad, puesto que, aunque pareciera increíble, la anciana corría más rápido que ella, así que la alcanzaría antes de llegar a la entrada. La chica gruñó mientras salía de la casa.
Mags y Dexter la escoltaron fuera de la Aldea, cada uno a un lado de ella. El distrito estaba lleno de gente, sobre todo comerciantes que transportaban bolsas y bolsas de mercancía en carros. También el puerto estaba lleno de barcas, cuyos pescadores intentaban atraer la atención de la gente enseñándoles sus últimas capturas. Annie apartó la mirada de un cubo lleno de peces de colores, con el estómago revuelto. ¿Cómo podían sacarlos de su hogar, de su casa, para venderlos como si fueran ropa?
La chica empezó a temblar. Los peces eran sus amigos. No podían quitárselos y repartirlos. Ellos la ayudaban a traer sus recuerdos de vuelta. Se acercó a un cubo y observó en su interior cómo los peces se removían, chocando unos con otros débilmente, buscando el oxígeno que el aire no les daba. Sus branquias se abrían y se cerraban, cada vez más lentamente. Se estaban muriendo.
Annie se apartó de Mags y Dexter y se acercó al cubo. Los ojos de los peces se clavaban en los suyos.
-         ¿Annie? – inquirió el médico, colocando una mano en su espalda.
Annie se apartó de Dexter y le dio una patada al cubo. Los peces cayeron por el muelle al agua con un chapoteo, y pronto desaparecieron en las profundidades del mar.
-         ¿Qué has hecho? – exclamó Mags, llevándose las manos a la nuca.
La chica sonrió. Les había salvado. Ya no iban a morir.
Un pescador empezó a correr hacia ellos, con las manos en la cabeza y el rostro contraído en una mueca de rabia. Tenía el cuerpo muy musculoso, con la piel morena, y en la cara tenía un parche sobre el ojo derecho.
-         ¿¡Qué haces!? – gritó cuando llegó hasta ella.
El hombre le dio un fuerte empujón, y se habría caído de no ser por Dexter, que la recogió a medio metro del suelo.
-         ¿Sabes lo que me ha costado coger esos peces? – gruñó el pescador, acercándose a ella de nuevo. Annie se encongió -. ¡He tenido que navegar desde primera hora de la mañana para capturarlos! ¡Debería tirarte al mar para que me los devolvieras!
El hombre volvió a golpearla en el hombro, clavándole los dedos. Annie gimió de dolor, llevándose una mano a la zona dolorida.
-         Eh – gruñó Dexter, apartándolo -. Lo sentimos, ¿vale?
-         Cállate – gritó el hombre -. Más vale que te calles.
-         ¿No sabes quién es ella? – advirtió Dex, poniéndole un dedo en el pecho -. Es Annie Cresta, la vencedora de los Septuagésimos Juegos del Hambre, y deberías mostrar más respeto a la persona que se ha encargado de que tus hijos no pasen hambre este año.
El hombre se apartó, con la boca contraída en una fina línea.
-         No me importan vuestros malditos juegos. No me importan vuestros malditos campeones. Si no pasamos hambre este año, el siguiente lo haremos.
-         Dexter, vámonos – sugirió Annie, agarrando al médico de la chaqueta.
-         No – dijo el pescador, cogiendo a la chica del codo -. Vas a enmendar tu error.
Annie empezó a temblar. Ese hombre la aterraba. Intentó esconderse aún más detrás de Dexter, pero el pescador dio un tirón de ella, apartándola de sus amigos.
-         ¿Qué te parece esta noche, cara bonita? – susurró el hombre, acercando los labios a su oreja -. Tú también puedes pasarlo bien. Soy generoso.
-         Suéltala – gruñó Dexter, adelantándose.
-         Vamos, chica, tienes que hacerlo muy bien. Igual que ese Odair. Seguro que te ha enseñado algo.
Annie se puso tensa. ¿Qué se suponía que le había enseñado Finnick?
Dexter se acercó al hombre hasta que sus pechos casi rozaban. El pescador le sacaba casi una cabeza, y era dos o tres veces más ancho y musculoso que Dex, pero el médico no mostraba ningún atisbo de miedo en el rostro.
-         Suél-ta-la – masculló Dexter.
-         Me debe una recompensa.
Dexter sonrió y su puño voló hacia la mandíbula del hombre. El pescador, sorprendido, se echó hacia atrás, soltando a la chica, con el labio partido.
Annie corrió hacia Mags, que la cogió de la mano.
-         ¿Estás bien, An?
Annie asintió, mirando a Dexter. El otro ya se había recuperado, poniéndose unos dedos largos en la zona dolorida.
-         Tú te lo has ganado, tío. Te voy a hacer una nueva cara.
-         No lo creo – susurró Dexter.
Dos Agentes de la Paz aparecieron justo detrás del pescador, agarrándolo por los hombros antes de que pudiese abalanzarse contra el médico. El hombre se debatió mientras se lo llevaban.
-         Vámonos – sugirió Dexter, arreglándose el pelo.
Annie asintió, aún temblando.
Minutos después, se encontraban sentados los tres en una taberna en el muelle. Annie había dejado de temblar, pero no dejaba de pensar en lo que el hombre había dicho.
-         ¿Qué quería decir? – susurró, acurrucándose en la silla -. Cuando ha hablado de Finnick.
-         ¿Cuándo? – preguntó Mags, subiendo las cejas.
-         Ha dicho que Finnick me había enseñado algo. ¿El qué?
Dexter miró a Mags durante un minuto entero.
-         Eh, hola. ¿Alguien me explica algo? ¿Qué me ha enseñado Finnick? – Annie tragó saliva -. ¿Los cuentos? ¿Quería que le contase un cuento?
Dexter soltó una pequeña risotada, mirándose los puños de la camisa aún con el ceño fruncido.
-         Estoy seguro de que no era un cuento lo que ese hombre quería, Annie.
-         ¿Entonces, qué?
Mags dejó el vaso de café que estaba tomando sobre la mesa, y Dexter se inclinó, sin mirar a ninguna de las dos.
-         Ese hombre quería… quería… - comenzó Dexter.
-         Quería llevarte a la cama – acabó Mags.
-         ¿A la cama? Pero si no tengo sueño, yo…
-         No para dormir, Annie – concluyó Mags, clavando en ella los ojos.
Annie se la quedó mirado. ¿No para dormir? ¿Entonces, para qué…?
-         Oh.
Annie empezó a temblar de nuevo. No podía imaginárselo. No quería imaginárselo. Le daba demasiada repulsión pensar en… eso con ese hombre. Sintió el estómago aún más revuelto.
-         ¿Y por qué quería eso? – continuó preguntando la chica -. Yo no…
-         Annie, hay vencedores que lo han hecho otras veces. No sería la primera vez.
-         ¿Vencedores? – Annie se estremeció -. ¿Quién…?
Mags y Dexter volvieron a mirarse. Annie los observó, con el ceño fruncido. Vencedores que lo habían hecho otras veces. ¿Habría sido Mags? Annie cerró los ojos, intentando imaginarse a la anciana en una situación así, pero no fue capaz. No, Mags no podría haberlo hecho. Sin embargo, unas voces llegaron de repente a su mente, como un recuerdo. Estaba segura de que era un recuerdo. Las había escuchado, siglos atrás.
‘¿Y qué me dices de ese Finnick Odair? Es hermoso, ¿verdad?’.
‘Y sexy. Antes de que fuese a los Juegos, ya tenía a miles de chicas del distrito babeando por él’.
‘Ya, bueno, pero él prefiere algo más sofisticado, ya sabes. Mujeres, con el mismo dinero que él, a las que pueda satisfacer. Ya sabes cómo. Dicen que el chico hace maravillas’.
Annie no recordaba quiénes habían dicho eso. No recordaba dónde había estado ella para escucharlo, pero sabía que era real. Finnick… No, él no podía ser esa clase de persona. Él no era así. No podía venderse, él no era un juguete o algo así.
‘No, no, no, no’.
-         ¿Annie?
Dexter y Mags se habían levantado, y ambos se inclinaban hacia ella con los rostros llenos de preocupación.
-         ¿Dónde está Finnick? – preguntó, con la voz rota.
-         Annie…
-         ¿Qué has visto, An? – preguntó Mags, acuclillándose a su lado -. ¿Qué has recordado?
-         ¡Dónde está Finnick!
Dexter le puso una mano en el cuello. Annie sintió las lágrimas empezar a formarse, haciendo que sus ojos escocieran. Finnick no podía ser esa clase de persona. No su Finnick, no el chico que ella conocía. O el que creía conocer.
-         Annie, él está en el Capitolio – dijo Mags.
-         ¿Haciendo qué?
Sin embargo, esa no era la pregunta.
-         ¿Con quién?
Dexter miró a Mags, nervioso, pero la anciana esta vez no apartó la mirada gris de los ojos de Annie.
Y Annie vio la verdad escrita en sus ojos.
Finnick estaba en el Capitolio.
Con mujeres con el mismo dinero que él, a quienes pudiera satisfacer.
Él la había dejado por ellas.
Para llevarlas a la cama del mismo modo que el pescador quería llevársela a ella.
Annie se llevó las manos a los ojos y comenzó a pellizcarse los párpados para apartár las imágenes que empezaban a formarse en su cabeza. No quería verlo. No quería imaginárselo. No podía ser.
Pero era.
Annie sintió las lágrimas calientes caer por sus mejillas y empezó a gritar.

7 comentarios:

  1. Breve pausa en is estudios para comentar (sí, estoy estudiando a estas horas -.-). Me ha gustado mucho, en serio, estos dos últimos capítulos me encantan. No puedo decirte por qué en este caso, pero simplemente lo he leído con una sonrisa, deseando saber qué iba a pasar, cómo iba a reaccionar...

    POR FAVOR: haz que Mags le diga que ella también hace lo mismo que Finnick. Porque lo hace. Lo he leído en algún sitio. (Ese sitio sólo puede ser el libro original o tu fic). Es que no quiero que piense mal de Finn :(

    Sigue así ;)

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    1. LOCA, ESTUDIAR A LAS DOyo también lo hago. Dicen que la gente creativa se concentra más por la noche, así que... Ahí lo tienes. Seguro que las perfecciones de Renegade se te ocurrieron a estas horas. Jum.
      Muchas gracias, Tuli, y lo mismo te digo <3

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  2. Celos celos celooooooos.

    Nothing more to say.

    -camthebroken

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  3. WHY. THE. HELL. ARE. YOU. DOING. THIS. TO. ME.
    ES QUE NO PUEDASGFJABSGKHDABGKHADFKHASF. Me parece demasiado perfecto como para sobrevivir. Srsly. Ahora creo que 'Calma bajo las olas' no es el nombre más apropiado para esto...
    Dexter es demasiado amor. Defiende a Annie, como Finnick. (Sigo imaginándomelo siempre con una bata blanca de farmacéutico y siempre que me lo imagino me despitorro, but... He's perfect.)
    Ahora no paro de pensar en cómo debe de oler el Sol. ¿CÖMO? ¿A QUEMADO? ¿A EXPLOSIÓN? ¿A ROSAS? No es justo.
    « ¿Qué te parece esta noche, cara bonita? – susurró el hombre, acercando los labios a su oreja -. Tú también puedes pasarlo bien. Soy generoso.» —> http://25.media.tumblr.com/tumblr_m6mkgle5441qg462ao4_r2_250.gif LITERALMENTE.
    ESE PESCADOR ES UN DESALMADO, ES QUE MIRA QUE CAZAR PECES. PSÉ.
    Now... I NEED MASON. REALLY. TOO MUCH.
    Sigo pensando que lo de separar a Annie y Finn lo hiciste a propósito para hacernos sufrir y que no se besen. Es que ese beso es necesario. No sé como el hastag de #ifTheresAKissBetweenAnnieAndFinnickInTheFuckingBeachWeWantItNow no ha llegado a TT o algo.
    En fin... MY FEEEEEEEEEEEELINGS. BOOOOOM. DEAD. RIP. DEP. HOWEVER.
    Es que ahora Ann va a perder la opinión de Perfección (yeah, con mayúscula) que tenía sobre Finn. Y no. NO.
    Annie es demasiado amor cuando no se da cuanta de lo que quería el muggle ese. Está ella, que es la inocencia pura, y después yo que pienso mal hasta por los vestidos de Eurovisión. Como claro ejemplo.
    «Tiene la imaginación de un ladrillo» le dijo Mags a Dexter.
    «Tienes la capacidad emocional de un ladrilo» le dijo Hermione a Ron.
    AQUÍ HAY TEMA. ¿PARA CUÁNDO VAN A LA CÁMARA DE LOS SECRETOS A BESARSE? JAJAJAJAJJAJAJAJAJAJA 'ok, no'. Pero todos lo pensamos. Seguro.
    SI LE HUBIESEN DEJADO A ANNIE IR A LA FUCKING PLAYA NADA HABRÍA PASADO. JO. NOT FAIR.
    And: si sigues escribiendo capítulos así todos nos vamos a morir. SOBRE TODO SI LOS SUBES EL DOMINGO Y NO EL SÁBADO COMO LAS PERSONAS NORMALES.
    PD: Sorry, esta vez no lo comento por Twitter.
    Love always,
    Shenia.

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    1. SHENIA IS HERE, EN EL BLOG, TODO EL MUNDO STOPPING, PLS, ESTE MOMENTO HAY QUE INMORTALIZARLO. CHST.
      La ilusión que me hace ver un comentario tuyo aquí es casi equiparable a las risas que provocas con tus comentarios paridocios (wtf?) en Twitter, pero... los dos son amor, ña.
      DEXTER <3
      Yo digo que el sol huele a humo, hielo (sí, hielo) y fuego, de ese de campo (???). Como se provocó por el estallido de unPERO K ME DA IGUÁ. El sol huele a Finnick porque Finnick es un sol y ya. ÑA.
      El gif me ha matado. Así, dato.
      EL BESO. El beeeeeeso que ya está y que espero que os haya gustado, ñap.
      ROMIONE <3 En realidad, suelo poner cosillas de otros libros, detalles, sobre todo, por lo que me voy dando cuenta, de CDHYF, pero Romione... Hermione sabe cómo piensa Dexter, sepe.
      LO SIENTO CUANDO TARDO, MI CUCHARA PLATEADA DE VAJILLA DE ORO (?), PERO SI LO HAGO, ES POR ALGO. ÑA.
      Love forever, Duck.

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  4. GOOOOOOOOOOOOOOSH.
    ES QUE, QUE, PATO, A VER, EH ANBMBDFMNXCSADFKLNMXMBADSF *notese que no puedo terminar una oración*

    Cada vez me sorprendes más Pato, en serio. Estos capítulos me matan.
    Yo en serio no puedo con la inocencia de Annie. Es amor, ternura, todo junto. Es como hablar con una niña pequeña y frágil... dan ganas de entrar a la fic y abrazarla.

    YA, YA, SI QUERÍAS HACERME PERDER ESA PEQUEÑÍSIMA (aclaro que era muuuy pequeña(?)) DESCONFIANZA QUE TENÍA DE DEXTER LO HICISTE. Él también es amor. Como defendió a Ann me encantó. Y ese pescador pervertido, yo creo que si hubiese estado Finnick el tipo no salía vivo de ahí. Y si se entera cuando vuelve del Capitolio...EHÉ, EHÉ, MAGS, ES TU DEBER, QUEREMOS MAS NARICES ROTAS(?)

    Oh, wait, esto me lleva a...ANNIE, NO, NO DESCONFÍES NI NADA DE FINN D: Es la persona mas perfecta de la existencia. Es todo culpa de Snow y sus acuerdos/reglas/amenazas/mierda/plopus/caca de cisne. Y adivinen quien muere ahogado en sus propias risas. NO, JODER, ESTO ES LO MAS INJUSTO DE LA TIERRA.

    Eh, ahora yo también tengo la duda. ¿A QUE HUELE EL SOL? MÉH.
    Yo creo que te gusta vernos agonizar, honey. Sin el Capiduck los sábados las Fireducks sufrimos lentamente(?) EL CAMPAMENTO FIREDUCK VUELVE A LA PUERTA DE TU CASA. Ok, solo para gritarte a tu ventana cosas como 'QUE FINNICK LE EXPLIQUE LAS COSAS A ANNIE DE INMEDIATO' 'WE WANT THE FUCKING KISS' 'JOHANNA ES LO PUTO MAS GENIAL' 'WE LOVE YOU PATO' y así. Trataremos de no emborracharnos. Ña.

    My feelings están descontroladas. Finnick, vuelve pronto D:.

    Chispitas.

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    1. ÑAAAAAAAAAAA!
      LO DIJE, LO DIJE. QUE DEXTER ES AJDNDHELSÑFJ. QUE ZI, QUE ZI.
      Os espero baaaaajo mi ventana, ña. Eso sí, quiero chocolate a cambio de las peticiones que se vayan cumpliendo. CHO-CO-LA-TE.
      Muchas gracias, criatura.

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