jueves, 23 de mayo de 2013

Capítulo 36. 'Un problema'.

-         ¿De qué va todo esto?
Finnick volvió a observar a Johanna mientras ella recorría la habitación por segunda vez. La chica se giró y se sentó en la cama, a su lado.
-         He tenido que engañar a Snow para venir aquí y creéme, no ha sido fácil. He tenido que poner todo mi esfuerzo para no vomitarle encima mientras intentaba ser… encantadora.
Johanna aleteó las pestañas, mordiéndose el labio inferior. Finnick frunció el ceño.
-         Ya vale, Jo. ¿Qué está pasando?
Johanna se examinó las uñas, perfectamente limpias. Finnick recordaba el poco cuidado que la gente del distrito 7 tenía con sus manos, siempre llenas de callos de sujetar el hacha para cortar madera o lijas para dejarla pulida.
-         Necesitaba hablar contigo, ya que en la Gira de la Victoria apenas te diste cuenta de qué distrito estabas visitando.
-         ¿Estabas allí?
-         No, estaba en el tuyo. Pues claro que sí, cabezón, y ni siquiera te dignaste a venir a verme – Johanna le dio un puñetazo en el hombro -. ¿Qué clase de amigo eres?
Finnick se rozó la zona dolorida con los dedos. Cuando habían visitado el distrito 7, Finnick ni siquiera había tenido tiempo para salir del Edificio de Justicia. Annie había tenido un ataque al pasarse los efectos de la morflina, y necesitaba quedarse con ella. Ni siquiera había pensado en ir a ver a Johanna.
-         Lo siento, Jo, ella…
-         Es eso, ¿no? Ahora todo es ella.
Johanna cogió una de las manos de Finnick y la sostuvo entre sus dedos.
-         Mírate. ¿Qué ha pasado contigo?
-         ¿Otra igual? Mira, voy a quitarme la barba, ¿vale? Era solo una prueba…
-         No seas idiota, Odair, no es la barba. Aunque personalmente, creo que te da un toque muy sexy, más masculino… y más de distrito.
Finnick levantó la vista, clavando los ojos en los de la chica. Ella los tenía entrecerrados, observándolo con detalle.
-         ¿Cómo estás? – preguntó Finnick, respirando hondo.
-         ¿Por qué cambias de tema?
-         Solo quiero saberlo.
-         Viva. Fuerte – contestó la chica, haciendo un gesto de desinterés con la mano -. Ya sabes, sigo respirando. Entera. Al contrario que tú.
El chico se recostó en la cama, poniendo los brazos detrás de la cabeza, con sus dedos tocando la nuca. Johanna se puso frente a él, con las piernas cruzadas.
-         Yo…
-         Tú nada. Eras Finnick Odair, el magnífico. El chico del Capitolio, el niño de oro. Ahora eres… eres como un despojo de ese Finnick.
Finnick se irguió. Johanna no estaba hablando en broma. Lo decía completamente en serio.
-         ¿Qué te pasa? – preguntó, frunciendo el ceño.
-         No, qué te pasa a ti. ¿Es por ella?
Finnick se frotó la nuca, fingiendo desinterés. Se moría por hablar con alguien sobre Annie, sobre cómo se sentía respecto a ella. Necesitaba a alguien que lo ayudase a aclarar las cosas, y Johanna era lo más parecido a una verdadera amiga que había tenido nunca. Quería contárselo todo, pero ella no estaba dispuesta a escucharlo. Prefería sermonearlo.
-         ¿Por quién?
-         ¿Eres tonto o lo practicas diariamente? Escúchame, Finnick. No puedes hacer esto. Tienes que parar ya.
-         ¿Hacer el qué?
-         ¡Esto! La chica loca, Annie, Annie Cresta. ¿Por qué la estás protegiendo?
Finnick volvió a recostarse. Johanna no lo entendería. Ella no entendía esa clase de sentimiento de protección. No podría explicárselo aunque quisiera.
-         Era tu responsabilidad cuando estaba en la Arena, pero…
-         ¡Es que ella sigue en la Arena, Johanna! Yo… Ella se perdió ahí. Necesita construírse de nuevo. Y yo… tengo que ayudarla.
Johanna se frotó los ojos con los puños.
-         Puedo entender que quieras protegerla, Finnick. Lo que no entiendo es por qué estás desprotegiéndote a ti en el proceso.
Finnick se irguió de repente. ¿Desprotegiéndose a sí mismo? ¿Cómo podía hacer eso? Finnick la miró, apretando los labios, exigiendo una explicación. Al ver que ella no hablaba, Finnick se humedeció los labios con la lengua.
-         ¿Qué dices, Johanna? – preguntó.
-         Oh, déjame ver. Uno, estás convirtiéndote en todo lo que NO se espera de un vencedor, y dos, les estás dando más motivos para hacerte daño.
Finnick se apartó de ella. Johanna se levantó de la cama, con las manos entrelazadas en la nuca.
-         Explícate – pidió Finnick.
Johanna se dio la vuelta, con los ojos cerrados.
-         ¿Es que no lo ves, Finn? Si les dejas ver que te preocupas tanto por ella como para dejar de interesarte por ti mismo, ¿no crees que tomarán medidas para ‘salvar al fantástico Finnick Odair de las garras de la chica loca’?
-         El Capitolio adora a los vencedores. No la tocarán.
-         Sí, seguro que tienen en un altar a la chica desviada que ni siquiera puede estar tranquila en un acto sin estar hasta los topes de morflina.
Finnick la miró, lleno de rabia. No le gustaba que ella, a quien consideraba su amiga, hablase así de Annie. Johanna vio en él la furia y frunció el ceño.
-         No pienses, ni por un segundo, en llevarme la contraria, porque sabes que tengo razón.
-         Hay formas y formas de decirlo.
-         Oh, recuérdame que la próxima vez lo adorne todo con un lazo y purpurina. Déjate de tonterías, Finnick, y hablemos claro.
Finnick se levantó de la cama y se apoyó en el alféizar de la ventana. Sabía que Johanna tenía razón. Annie no era, ni de lejos, la vencedora de los Juegos más querida. Después de salir del estadio, muy pocos se habían interesado realmente por ella. Probablemente, sería un tributo más olvidado, un número más para añadir a las personas que habían salido de los Juegos sin dejar más marca que veintitrés muertos a sus espaldas.
-         Finn – susurró Johanna a su lado, colocando una mano en su espalda -. Para el Capitolio, solo eres un cuerpo. Un juguete, un trozo de… carne. Si destrozas tu imagen… No eres nada para ellos.
El muchacho observó su reflejo en el cristal. No sabía si era el efecto de la barba o si realmente había adelgazado, o quizás serían las sombras, pero notaba los pómulos más pegados a la piel. Era cierto que había adelgazado, pero ¿tanto se notaba su cambio como para que incluso Johanna Mason tuviera que reprochárselo?
-         Pero sigo cumpliendo – murmuró él -. He venido aquí.
-         Imagínate que no hubiese sido yo. ¿Crees que a otra persona le hubiera gustado encontrarse con un oso peludo de las cavernas?
Finnick soltó una carcajada.
-         Eh, no te pases.
Johanna colocó una tranquilizadora mano en su hombro.
-         No digo que dejes de cuidar de Annie Cresta, Finn. Solo digo que te cuides tú también. Es la única manera de cuidaros los dos.
Finnick se giró para mirar a su amiga. Apenas dos años atrás, la chica era un matojo de impulsividad. No pensaba claramente en los daños que sus decisiones podían causar. Sin embargo, se había convertido en una persona capaz de dar consejos. ¿Cuándo había cambiado tanto? ¿Habría cambiado también él?
-         ¿Me prometes que vas a volver a ser el sex-symbol de Panem otra vez? – rogó la chica, pellizcándole un moflete.
Finnick se apartó, sonriendo.
-         Te lo prometo.
Johanna emitió un gruñido de aceptación y se dio la vuelta, cogiendo del suelo el vestido.
-         Por cierto – preguntó Finnick, echándose de nuevo en la cama -. ¿Cómo has conseguido esta cita?
-         No te ilusiones, cariño, esto no es una cita.
-         Ni de lejos.
Johanna volvió a colocarse el vestido.
-         Le pedí a una vieja amiga un favor. Ya sabes, un arreglo, ropa, maquillaje. Fui a ver a Snow con dinero y bueno, tachán.
Finnick observó a la chica colocar todas las partes del vestido en su sitio. Johanna seguía siendo impulsiva, eso no había cambiado. Aunque su parte racional estuviera haciendo acto de presencia, ella seguía ahí.
-         Si te preguntan, diles que soy Muffy Golf – Johanna soltó un bufido antes de continuar -. ¿Podrías ejercer de caballero una vez en tu vida y subirle la cremallera del vestido a una dama?
-         Hecho – dijo Finnick, levantándose de la cama -. ¿A qué dama?
Rápida como un rayo, Johanna cogió un tacón del suelo y se lo lanzó a la cabeza. Finnick se hizo a un lado, dejando que el zapato pasase volando junto a su cabeza, y, cuando chocó contra la pared, sonrió.
-         Fallaste.
-         Vuelve a decirme que no soy una dama y te juro que seré más masculina que tú.
-         ¿Cómo…?
-         Te cortaré los testí…
-         Vale, vale, lo pillo – Finnick hizo una mueca de dolor -. Qué desagradable.
-         No quieras averiguarlo.
Johanna atravesó la habitación para recoger el tacón. Finnick se situó tras ella y le subió la cremallera del vestido, rozándole la piel morena con las puntas de los dedos.
-         ¿Quién es Muffy Golf, entonces? – preguntó.
Johanna se acomodó sobre los tacones y le miró con sorna.
-         Y yo qué sé. Mientras tenga dinero, a Snow le importa bien poco quién sea.
Finnick sonrió y le acercó la peluca oscura. Johanna se aplastó el pelo contra la cabeza y encajó la peluca en su cráneo, peinándosela con los dedos hasta que estuvo estable. Se miró a la ventana y, tras esparcirse un poco una nueva capa de maquillaje por el rostro, se dirigió a la cama y la deshizo completamente, arrugando las sábanas.
-         Ahora Finnick Odair podrá presumir de haberse acostado con Muffy.
Finnick rió entre dientes y se acercó para abrazar a su amiga. La chica le devolvió el abrazo, apoyando la frente en su hombro.
-         Prométeme que la próxima vez que nos veámos no será poniendo esto de excusa – rogó Finnick, estrechándola.
Johanna asintió, separándose.
-         Cuidate, Finn.
La muchacha se dirigió a la puerta, despeinándose un poco la peluca. Sin embargo, antes de que pusiera una mano en el pomo de la puerta, Finnick la llamó.
-         Jo… Si yo solo soy mi imagen… ¿qué eres tú para ellos?
Johanna sonrió, apartándose el pelo falso de los ojos.
-         Un problema, Finn. Siempre seré un problema.
Johanna Mason abrió la puerta y se marchó.
Finnick se dejó caer sobre la cama, reflexionando sobre todo lo que Johanna le había dicho. Se lo había prometido: mejoraría su aspecto, volvería a ser el Finnick Odair que todos querían. Tenía que serlo.
Por Johanna Mason.
Por Annie Cresta.
Y por sí mismo.


*¡Bueeeeeeeeenas noches-madrugadas-días-whatever! Hago un breve inciso (no es mala noticia ni nada) para publicar capítulo un jueves. ¿Por qué? Well, well... Cierta personita hace los años hoy, ¿verdad, criatura? Estaba todo pensado. Cumpleaños de Lalasá, capítulo de Mason. Ehé. Pues eso, bicho, muchísimas felicidades. Espero que te lo pases genial, y bueno, todas esas cosas que se suelen decir, you know. Espero que te guste esta pequeña sorpresa. Y nada, que eres genial, en serio. Una de las personas más geniales y más akwhskfkfñ que he conocido, y no solo en Twitter. Y eso, ña, que ¡felicidades, felicidades, felicidaaaaaadees! Ña. I love you, honey <3*.
*Y eh, habrá capítulo también el sábado. Que me siento generosa. Ña*.


6 comentarios:

  1. Antes de nada... LADIES AND GENTLEMEN, DESPUÉS DE MESES DE INSISTENCIA, HAS ADELANTADO UN CAPIDUCK. ASÑLANFSBLNAB. Y ES DE JOHNNA. MÉH. Y HAY OTRO EL SÁBADO. MURAMOS TODOS DE AMOR EN 3… 2… 1.

    En fin, todo el comentario se resume en un ‘Mason, bitches’. Por si te quieres ahorrar tener que leerlo (?)

    ‘El chico se recostó en la cama, poniendo los brazos detrás de la cabeza, con sus dedos tocando la nuca’ Finnick, honey, en presencia de Johanna todos tus intentos de ser sexy fallan. Todos. Lo acumula todo, todito ella.

    JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA <-- Johanna me mata. Mucho. Es perfecta. Peeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeero, no quiero en pensar en la clase de cosas que le hizo a Snow para que la dejara ver a Finn. Teniendo en cuanto lo mucho que él la odia, tuvo que ser algo MUY gordo... Algo que nadie en su sano juicio haría… Como hacerle una limpieza bocal a Snow... ¿Ves cómo Johanna si se preocupa por gente? Le ahorró los detalles de esa experiencia tan desagradable a Finn. Es un amor.

    Ahora tengo dos opciones: empezar a hacer copypaste de todas las perfecciones que dice Johanna en el capítulo o resumirlo todo en un enorme: SALDVJASNBLJAEBSFOQUE. Mejor lo dejo resumido.

    ‘Un problema, Finn. Siempre seré un problema’ Vale, sí, he tenido que hacer un copypaste, pero es que esto me llega a la patata. Mi Johanna siempre fastidiando a Snow, ña.

    ¡DIME QUE JOHANNA VUELVE A APARECER ANTES DEL VASALLAJE, PLEASE! I’M BEGGING YOU. NO SE PUEDE IR. NO VA A VOLVER HASTA DENTRO DE MÁS DE UN MES, GATO ESTÚPIDO. ÑA.

    PD/Respuesta al inciso: THANK YOU SO MUCH DARLING. Es la cosa más bonita que me han ‘regalado’ nunca, jopé. C.T DUCK FOR THE WIN. But.. ¿Cómo que estaba todo planeado? ¿Cómo que sabías que me hacía mayor? Mind Blow. I love you <3
    2PD: Comentarios de Lalasá are back.. Hasta la PAU. Ña.

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    1. Echaba de menos tus comentarios... Bueno, sigo echándolos de menos, pero ya queda menos para que acabes la PAU, so... I'm just waiting. ÑA.
      Yo también me preocupo por la gente, así que también ahorro los detalles... Peeeeeeero adelanto que Johanna no hizo de dentista ni nada parecido. Jep.
      Well... Johanna... Well... ÑA.
      PD/Respuesta a la respuesta (?): Ay, me alegro de que te gustase, ña. Ahora voy a mostrarte que yo también tengo una faceta de acosadora en potencia, sep, pero justo un mes antes, el 23 de abril o así, vi un tuit a Tulipauli que era algo así en plan 'te falta un mes para hacerte mayor' o cosa así y, well, calculé los capítulos y... Johanna Mason is here. MÉH <3

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  2. Hola!!!!
    Hoy me he leído tu historia en apenas poquísimo tiempo, ¡no podía parar! ES GENIAL
    ¿Cuándo subes los capis?? Por tenerlo en mi agenda y tal.... jajajaja
    En serio, fantástico, me he vuelto a enamorar de Finnick y Annie...¿Qué pasará con ella?? Supongo que ya se verá :)
    Muchos besos, Ánimo <3

    PD: te he afiliado en www.azucarillosydientesdeleon.blogspot.com :)

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    1. JO, MUCHAS, MUCHAS GRACIAS.
      Suelo subir los sábados, aunque hay veces que los domingos (muy pocas, casi siempre solo cuando tengo examen) y muy, muy, muy pocas entre semana, en circunstancias especiales, como este. Pero, mayormente, los sábados.
      Muchísimas gracias otra vez <3

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  3. YA, EN SERIO, ESTOY A UN PASO DE TIRAR MI COMPUTADORA POR LA VENTANA.
    Escribí tres veces este comentario. Tres. Y se apaga esto que se hace llamar computadora. Así que tengo que andar copiando cada dos renglones para no perder nada(?

    DASDFJBNSDBFCXV OKAY.
    Si, bueno, la cosa es que yo pensé que había comentado el Capiduck... Gracias Lalasá por hacerme recordar. Mentalmente desorientada, nivel: Chispitas.
    Well, por donde empezaADSNFSDAFNBMZXCVM JOHANNA. ES. LO. PUTO. MAS. GENIAL. Sus contastaciones/comentarios me matan.

    Juro amar la amistad que tienen estos dos. Ña.

    '- Es eso, ¿no? Ahora todo es ella. ' Wait...esto... CELOS. Jo, admite que algo de celos tienes. Mason celosa. Y también preocupada por él. Es amor *-*

    Bueno, supongo que ahora Finn va a volver al Distrito 4... con Annie. Annie, que espero que no se le haya borrado la imagen de perfección de Finnick. Por favor, no.
    Esperemos que Johanna aparezca mas seguido. ELLA EXIJE PROTAGONISMO C.T.DUCK. Quiere aparecer, lo necesita. Lo sabemos. MÉH.

    Perdón por el retraso Pato. Soy algo despistada...algo. Solo un poco.

    Chispitas.

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    1. ¿Te puedes creer que ahora mismo, contestándote, se me acaba de apagar, y a Shenia no le deja subir el dibujo de Jack Sparrow? Se reproducen rápido, los malditos. Petunios todos.
      JOHANNA ES PERFECTA y difícil de escribir de narices. La adoro, pero ah, me cuesta la vida escribirla. Pero eso sí, sus capítulos están escritos a conciencia. Pensados. Ña.
      Na, en realidad es que soy una penosidad con la ironía, el sarcasmo y los adjetivos Mason y tengo que releer CF, Sinsajo y a Jace Lightwood para tener referencia. Ña.
      JAJAJAJAJA Nooooooooo, JO no tiene celos. Solo está preocupada. Porque es amor.
      JOHANNA APARECE, QUE SÍ, JAJAJAJAJAJA.
      Muchas gracias por el comen, Chips.

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