sábado, 21 de diciembre de 2013

Capítulo 69. 'Familia'.

Dexter clavó los dedos en el asiento. La Cornucopia no dejaba de girar. Finnick estaba agarrado a duras penas a uno de los salientes de la isla, pero las armas que aún quedaban en el cuerno dorado comenzaban a caer hacia ellos peligrosamente. Dexter desvió la mirada cuando uno de los cuchillos salió volando hacia la cabeza de Finnick.
-      ¡Annie! – gritó, cuando vio  a la chica morderse la mano con fuerza.
Cogió su muñeca con delicadez y la apartó de su boca. La muchacha pareció darse cuenta en ese momento de que se había mordido, porque se miró la mano llena de costras y sangre como si no hubiese sentido el dolor hasta ese momento.
-      Está bien, Ann. Está bien – El hombre miró la pantalla, descubriendo que la Cornucopia había dejado de girar y  Finnick estaba en pie, ayudando a Peeta Mellark a levantarse -. Ya ha pasado.
-      No, no ha pasado. No pasará hasta que él salga de ahí vivo y vuelva conmigo.
Dexter abrazó a Annie, estrechándola entre sus brazos con fuerza.
-      Vamos a curarte eso, ¿quieres?
-      Pero Finni…
-      No podemos hacer nada por Finnick, Annie. Además, él no está en pantalla ahora, ¿ves?
Annie asintió. Dexter la llevó a la cocina, donde Margaret estaba haciendo la comida con Emer. El niño se acercó a Annie y le cogió una mano. La chica lo miró a los ojos y pareció tranquilizarse. Dexter sonrió mientras recogía vendas y desinfectante. Ese niño tenía un efecto tranquilizador en ella porque le recordaba a Kit. Dexter no se había fijado especialmente en Kit Grobber durante los Juegos, pero podía admitir que veía cierto parecido.
Regresó junto a Annie, arrodillándose a su lado.
-      Emer, ¿quieres ayudarme?
El niño asintió. Dexter clavó los ojos en la mirada de Annie, que seguía fija en los ojos de Emer.
-      Vamos allá entonces.
Dexter empapó un puñado de algodón con alcohol y se lo echó en la diminuta herida. Annie se mordió el labio y cerró los ojos, aunque no gritó. Ella había pasado por cosas peores que un simple escozor. Emer fue el encargado de colocar una venda alrededor de la mano de la chica, tapando cada herida que se había hecho. Dexter observó al niño con ternura. A ambos. Parecían hermanos.
Cuando el chico acabó, Dexter se acuclilló junto a Annie, poniéndole una mano en la rodilla.
-      Ann, ve a la cama.
-      No.
-      Llevas dos noches sin dormir, ve.
-      No.
La chica se levantó y salió de la cocina, seguida de Emer, que salió corriendo tras ella gritando su nombre. Dexter se sentó en la silla que Annie había dejado desocupada, pasándose la mano sana por la cabeza. La otra seguía en un cabestrillo.
-      Necesita descansar – musitó.
-      Todos lo necesitamos – corrigió Margaret, acercándose al hombre -. Toma, es sopa. Bebe, te sentará bien.
Dexter sonrió como agradecimiento y le dio un sorbo.
-      Ese niño – continuó, agarrando el tazón con las manos -, ese niño es como un ángel para ella.
-      Lo es, en realidad.
-      ¿Lo sabes, no? Ella le ve en él. A Kit. Cada vez que le mira, vuelve a verlo.
Margaret se quedó rígida, apoyada en la encimera. Dexter dejó el tazón en la mesa y la miró, apretando la mandíbula.
-      Lo siento, yo… Lo siento.
-      No tienes nada que sentir – dijo Margaret, girándose -. Es cierto.
Dexter colocó la barbilla sobre las manos. Tenía un incesante dolor de cabeza desde el momento en el que había comenzado el Vasallaje. Un dolor que se había extendido al pecho cuando Mags había muerto. Un dolor que se había intensificado cuando la había visto arder.
-      No conocí a Kit, pero estoy seguro de que era un buen chico.
-      Un buen chico – interrumpió Margaret, mirándose las manos -. Otro niño que murió demasiado temprano.
Margaret fue hasta la mesa y tomó asiento junto a él, frotándose las manos en el delantal. Dexter tragó saliva, tironeando del puño de su jersey.
-      Yo solía disfrutar los Juegos. Y no sabes cómo lo siento, Marg…
-      No lo sientas. Os educan así. Os educan para amar a vuestros favoritos y llorar por ellos. Pero para nosotros, los Juegos son una pesadilla año tras año. Vivir con miedo.
Dexter la miró a los ojos. La mujer tenía los mismos ojos oscuros de Kit, bajo unas cejas canosas.
-      Nunca sabréis lo que significa para nosotros cumplir diecinueve años y saber que no nos quedan más cosechas. Entonces, tienes hijos y te das cuenta de que sí quedan más cosechas. Las suyas. Y vives con el miedo de verlos morir en esos estadios vuestros.
Margaret se quitó las lágrimas de la cara. Dexter extendió una mano sobre la mesa para cogerle una mano, que ella apretó con fuerza, agradeciéndoselo con los ojos.
-      Yo tuve dos hijos. Uno de ellos sí fue seleccionado, en su último año. Lo mataron al tercer día, sin ni siquiera conocer a su hijo, al que le quedaban apenas semanas para nacer.
Kit. Dexter levantó la cabeza, pero la anciana no lo miraba a él. Sus ojos estaban perdidos en el pasado.
-      Su madre murió en el parto y yo me convertí en su madre. Por eso, cuando lo seleccionaron, fue como revivirlo otra vez. Ese miedo que nunca, durante todos estos años, me ha dejado.
-      Margaret, lo siento. De verdad…
-      Y ahora está este niño – continuó, señalando la puerta -. Emer. Su hermano ya es lo suficientemente mayor como para no volver a vivir más cosechas, pero él… - Margaret se frotó los ojos -. Solo le quedan cuatro años. Solo nos quedan cuatro años para vivir sin miedo.
Dexter desvió la mirada hacia la puerta. Emer era nieto de Margaret, de eso estaba seguro. Por eso era parecido a Kit. Era el hijo del hijo de Margaret que no había ido a los Juegos. Dexter se giró para mirar a la anciana.
-      Y aún así, aunque tú hayas venido del Capitolio, nos comprendes. Nos comprendes porque los Juegos te están quitando una parte de ti, ¿verdad?
Margaret colocó una mano en la mejilla derecha del hombre, acariciándolo.
-      Eres de este distrito, Dexter. De esta familia.
El médico sintió una lágrima caer por su mejilla y se la quitó con el dedo, levantándose.
-      Debería ir a ver a Annie. No me gusta dejarla sola.
-      Ahora le llevo un caldo.
Dexter salió de la cocina y se dirigió al salón. Annie estaba tumbada en el sofá, con Emer a su lado acariciándole el dorso de la mano. El niño levantó la mirada hacia él y le sonrió. Dexter le devolvió la sonrisa y ocupó su lugar junto a Annie, sentándose en el suelo junto a su cabeza.
-      No ha vuelto a salir – susurró la chica, con los ojos fijos en la pantalla.
Dexter se giró. En ese momento, estaban mostrando a los profesionales, aunque quizá sería equivocado seguir llamándolos así. En ese Vasallaje, todos eran profesionales.
-      Dexter… ¿por qué no me odias?
El hombre se giró hacia ella con las cejas levantadas, extendiendo la mano para acariciarle el pelo.
-      ¿Por qué debería?
Annie se irguió, arrugando la nariz.
-      He visto cómo le miras. He visto cómo sufres por él, cómo lloras, cómo te rompiste cuando dijeron su nombre en la cosecha. Le amas.
Dexter detuvo la mano sobre la cabeza de Annie, que tenía los ojos verdes clavados en él. El hombre se apartó, bajando la mirada.
-      He robado tu tiempo. He permitido que te peguen y que te hagan daño. Has tenido que soportarme durante cinco años y amo al hombre que tú amas. ¿Por qué no me odias, Dex?
El médico se acercó a ella, con una media sonrisa en los labios, y estiró de nuevo la mano hacia su cabeza. Annie cerró los ojos en cuanto el hombre comenzó a acariciarle de nuevo el pelo.
-      He de admitir que lo único que buscaba cuando vine aquí era una recompensa. Quizá la satisfacción personal de haber curado a Mags, o de haberte sacado a ti de tu locura. Quizá la fama. Quizá el dinero que conseguiría si mi tratamiento salía bien.
Dexter se pasó la mano por el pelo, colocándose el cabestrillo. Annie abrió los ojos.
-      Sin embargo, os conocí a vosotros tres. A ti, a Mags, a Finnick. Y, por primera vez, sentí que no necesitaba más recompensa que la que vosotros, sin saberlo, me estabais dando.  
-      ¿Qué recompensa?
-      Una familia – respondió Dexter, acariciando la mejilla de la chica -. Por eso no te odio, Annie. No podría odiarte. A ninguno de vosotros. Por eso han merecido la pena todos estos años. Porque sois mi familia.
Annie se levantó del sofá y abrazó a su amigo con todas sus fuerzas. Dexter la acunó, sin saber exactamente quién sostenía a quien. Annie se separó de él, dándole un beso en la mejilla.
-      Él va a volver – respondió -. Y seguiremos siendo una familia.
Dexter sonrió.
-      Además, aún os queda una boda que celebrar.
-      A ti también.
Dexter la soltó, ahogando una carcajada.
-      No planeo casarme, Annie…
-      Me refiero a nuestra boda, Dex. Yo… yo te quiero allí, sea donde sea. Y estoy segura de que Finnick también.
El hombre la miró directamente a los ojos, a esos ojos verdes que parecían el mar en mitad de una tormenta, agitándose como si bailase. Annie titubeó.
-      Si a ti te parece bien…
Dexter rió, abrazándola de nuevo.
-      Por supuesto, Annie. Nada me haría más feliz que veros felices. Os lo merecéis tanto ambos…
En ese momento, la televisión volvió a enfocar a los aliados. Katniss y Finnick estaban en la jungla. Finnick enredaba en un árbol con un cuchillo, haciendo un agujero lo suficientemente grande para poder introducir un dedo. Katniss estaba junto a él, apoyada en el árbol y con la mirada clavada en el suelo. Dexter los miró con el ceño fruncido. Aún no acababa de entender la alianza que habían formado.
-      Katniss – dijo Finnick, extendiendo la mano mientras observaba el árbol -. ¿Tienes esa espita?
Dexter vio cómo Katniss rebuscaba en su cinturón. Y entonces, se escuchó un grito. Un grito estremecedor que hizo cambiar la cara de Katniss Everdeen en menos de un segundo. Annie se puso rígida. ¿Y si Peeta había decidido matar a Johanna? No, imposible. Dexter sabía que el hacha de Johanna era demasiado mortífera.
De repente, Katniss comenzó a correr, adentrándose en la jungla. Finnick recogió las armas y corrió tras ella, gritando su nombre. Las cámaras los perseguían a ambos, sin importar dónde se metiesen.
-      ¡Prim! – gritaba Katniss, desgarrando enredaderas con los dedos -. ¡Prim!
Entonces, las cámaras enfocaron a los pájaros. Charlajos. Dexter se llevó las manos a la boca. ¿Cómo habrían conseguido esos gritos? No se habrían atrevido a hacerle daño a la hermana de Katniss, todo el país la adoraba. Pero entonces, ¿cómo y por qué gritaba a través de esos pájaros que reproducían lo que escuchaban?
-      ¿Prim?
Un pájaro volvió a gritar en la pantalla, y Katniss apenas tardó un segundo en derribarlo con una flecha, ahogando el grito, y retorciéndole el cuello para asegurarse de que estaba muerto.
-      ¿Katniss?
Finnick apareció por la esquina de la pantalla, con el tridente delante del cuerpo. Dexter miró a Annie, que se mordía la manga del jersey.
-      No pasa nada, estoy bien – respondió Katniss, levantándose -. Me pareció oír a mi hermana, pero…
Un nuevo grito. Dexter se giró con alarma. Había oído ese mismo grito cientos de veces. Era demasiado familiar para él. Sin embargo, Annie estaba junto a él, con la boca abierta y las manos sobre la garganta mientras su grito se escuchaba en la pantalla. Dexter se llevó las manos a la boca. Se iba a convertir en su debilidad, capaz de volverlo loco.
La iban a usar contra Finnick.

4 comentarios:

  1. Matame, sfsdfonvsdiaudunsdvfuibaudbudfipbn. Es perfecto, lo amo, omfg. Me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.

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  2. CDVDVDBFGAFEVRHRBRVECECEBRBRVECEVEGWCEGRBRHEF COMO SIEMPRE UN CAPÍTULO EXPECTACULAR. ME MUERO AQUI MISMO *_________*

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  3. LIFE IS UNFAIR FOR THA PEOPLE WHO CARE ABOUT CBLO. WHY, DUCK, WHY ARE YOU DOING THIS TO US? Shit.
    I mean, duele.
    Un capiduck desda la perspectiva de Dexternerabtan tan necesario que. Méh. Ahora sólo te falta uno desde la perspectiva de Mason, ehé *begging ya* Ok, no.
    Lo de Kit, Emer y Margaret ha sido muy hardcore, nivel: MINDBLOW.
    Lo peor de todo es que me imagino a Emer como una serpiente cuando Annie le mira los ojos y no quiero :'(((((((((( El pobre tiene que sentirse utilizado, ña. O sea, Annie se calma bajo sus ojos (????) y luego Dexter lo sustituye, psé.
    Aaaaaaaaaand, no sé cómo lo ves, pero lo de las manos de Annie no le escuece solo a ella. Fock.
    Y EL FUCKING FINAL. TÍO. No estoy preparada para el próximo capiduck bc Finn y y y y y no quiero :'((((((((((
    Aquí tienes un shitty comentario para tú. Keep writing and hurting us, bitch.

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  4. hola^^ me gusta mucho tu blog y te sigo ¿te gustaria pasarte por el mio?

    http://heysoulhipster.blogspot.com.es/

    un beso y gracias.. por cierto tu descripcion es genial:) completamente identificada^^

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