sábado, 1 de febrero de 2014

Capítulo 76. 'Búnker'.

-      ¡Beetee ha entrado!
Finnick observó la pantalla. Había sido un segundo, una imagen fugaz, lo suficiente para mostrar a Katniss en el destruido distrito 12. Volvieron a mostrar al Presidente, que parecía casi tan desconcertado como Peeta tras él, visiblemente más delgado y descuidado. Finnick miró a Katniss, que tenía los ojos clavados en la pantalla y le sujetaba la mano con fuerza.
Beetee volvió a interrumpir el discurso de Snow con un momento del propio Finnick hablando de la pequeña Rue. Lo habían grabado dos días atrás y le había costado casi una hora poder emitir una frase. El resto había salido casi solo.
La multitud aplaudió a Beetee, observando la cara de confusión del Presidente Snow. Sin embargo, ni Finnick ni Katniss se movieron. Finnick apretaba la mano de Katniss, pero el apretón de ella era mucho más fuerte, como si sus dedos estuviesen alrededor del cuello del presidente en lugar de entrelazados a los suyos. Snow volvió a apropiarse de la pantalla, rezumando rabia.
-      No queréis que el país sepa todo lo que habéis provocado. Sois cobardes – dijo, apuntando hacia la pantalla -. Todos vosotros. Estáis masacrando el país defendiendo ¿qué? Os hemos pedido un alto al fuego y seguís insistiendo. Bien, vosotros mismos. Esto es lo que vais a conseguir.
El Presidente se dirigió hacia Peeta, dándose la vuelta. Ambos, tanto Finnick como Katniss, se pusieron tensos.
-      ¿Algo que decir? ¿Algo que decirle a Katniss Everdeen?
Peeta tragó saliva, abriendo varias veces la boca antes de empezar.
-      Katniss… ¿cómo crees que acabará esto?
Finnick observó a su amiga por el rabillo del ojo. La última entrevista que habían visto de Peeta la había dejado toda la cena callada, tratando de encontrarle algún sentido al estado en el que estaba el chico. Finnick la había oído gritar una de las muchas veces que se había despertado esa noche. También él había tenido pesadillas, pensando en Annie. Si Peeta estaba así, ¿en qué estado estaría ella? Se había intentado convencer de que su ignorancia la estaría protegiendo, o al menos eso decía todo el mundo, pero a Peeta… a Peeta muy pocas cosas lo podrían proteger.
-      ¿Qué quedará? – continuó el chico -. Nadie está a salvo, ni en el Capitolio ni en los distritos. Y tú, en el 13… ¡mañana estarás muerta!
Finnick olvidó la pantalla. Olvidó las imágenes que Beetee trataba de meter entre secuencia y secuencia. Solo podía mirar a Katniss, mirar cómo su cara pasaba de la perplejidad al miedo en menos de un segundo. El chico desvió la mirada hacia la pantalla, un segundo, lo suficiente para ver cómo las baldosas se manchaban de sangre mientras el caos comenzaba en la sala. A su lado Katniss exhaló con fuerza, sujetándose el estómago.
-      ¡Calláos! – gritó Haymitch -. ¡No es ningún misterio! El chico ha dicho que nos van a atacar. Aquí, en el 13.
Las voces comenzaron a adueñarse de la sala sobre el murmullo general.
-      ¿Cómo lo sabes? – gritó un hombre a su derecha.
-      Lo están machacando mientras hablamos – soltó Haymitch, furioso -. ¿Qué más necesitas? ¡Katniss, échame una mano!
La chica relajó la mano con la que apretaba a Finnick, dejando que la sangre corriese por los dedos de este con un hormigueo. Sin embargo, no lo soltó, sino que continuó con los dedos temblorosos entrelazados a los suyos.
-      Haymitch tiene razón. No sé de dónde…
Pero la mente de Finnick ya no se encontraba allí. Peeta había dicho que el distrito 13 iba a ser atacado, que planeaban masacrarlos a todos, pero nada de eso importaba. Habían golpeado a Peeta, sin importar quién pudiese verlo. ¿Qué estaban haciendo con Annie? ¿Y Johanna? ¿En qué estado estarían ellas dos? Finnick se llevó al cuello la mano libre, rascándoselo con fuerza. Tenían que sacarlos de allí a los tres, y tenían que hacerlo ya, antes de que decidiesen que ni siquiera torturarlos servía para detener a los rebeldes.
-      Vamos – gruñó Boggs, tirando de Katniss y Finnick con fuerza.
Las sirenas sonaban sobre sus cabezas. Finnick se inclinó para preguntarle a un niño dónde iban.
-      Al búnker – respondió el chico -. Todos en orden.
Finnick agarró a Katniss de la muñeca y la colocó en la fila que descendía planta tras planta. Finalmente, tras lo que parecía un descenso al mismo infierno, llegaron a una especie de caverna.
-      Tenéis que agruparos por compartimentos según vuestro apellido – dijo Boggs, tirando de la muñeca de Finnick hacia la derecha -. La O. Por allí.
El chico siguió a la multitud, pero pronto se vio perdido. Demasiada gente. Se acurrucó en una esquina y, tapándose los oídos, observó a todo el mundo pasar.
-      ¿Finnick?
Levantó la cabeza, encontrándose con los ojos de Haymitch. El hombre lo cogió por el brazo y lo arrastró entre la multitud, dando codazos sin disculparse. Finalmente, lo instaló en un pequeño apartado, no más grande que la que había sido su habitación, y lo dejó acurrucado en la cama en posición fetal.
-      No te muevas de aquí – gruñó.
Finnick cerró los ojos, metiéndose la mano en el pantalón. Ahí estaba el poema de Annie, arrugado y gastado por las veces que lo había doblado y desdoblado. Lo colocó bajo la dura almohada y se quedó dormido.
Esa noche tuvo pesadillas. Veía a Annie en una sala oscura, amordazada, con el cuerpo en carne viva. Un hombre sin rostro la golpeaba, una y otra vez, y la sangre salpicaba la pared igual que la sangre de Peeta había caído sobre las baldosas. Finnick alargaba el brazo hacia ella, pero siempre estaba demasiado lejos. Despertó varias veces, gritando, con toda la gente mandándolo callar. Cuando apareció su médico, la cuarta o quinta vez que despertó, lo encontró tirado en un colchón en el suelo, agitándose mientras se tapaba la boca. El hombre sacó una jeringuilla cargada de morflina de una caja y le pinchó en el brazo, sumiéndolo en una oscuridad sin sueños.
Sin embargo, cuando se pasó el efecto de la morflina, las pesadillas reaparecieron. La tercera noche, pensó que iba a explotar. Se encontró a sí mismo acurrucado en una esquina del búnker, haciendo nudos y balanceándose mientras el poema de Annie yacía en el suelo frente a él.

Te dije una vez
que nos quería infinitos.
Pero ahora ya no estoy segura
sobre casi nada.

Finnick extendió la mano para acariciar el poema, pero, justo en ese instante, Katniss apareció en su campo de visión. Su cara reflejaba una especie de dolor extraño, como si se estuviese rompiendo y no se esforzase por recuperarse. Parecía incluso mayor.
-      Sé lo que le están haciendo a Peeta.
El muchacho la observó sentarse a su lado, enredando el cordel en su dedo índice. Katniss se agarró el estómago con las dos manos y tragó saliva antes de empezar a hablar.
-      No quieren sacarle nada. No pueden, saben que él no tenía ni idea de esto. Lo que quieren es… es hacerme daño a mí a través de él.
Finnick asintió, mordiéndose el labio.
-      Es lo que te están haciendo a ti con Annie, ¿no?
Ladeó la cabeza. Era lo que le estaban haciendo a él, lo que le habían hecho siempre. Snow sabía que el punto débil de Finnick Odair era Annie Cresta. Su reacción ante los charlajos no había hecho más que confirmarlo.
-      Bueno – comenzó, enrollando el cordel en sus dedos -, no la detuvieron porque pensaran que era un inagotable pozo de información rebelde. Saben que nunca me habría arriesgado a contarle nada al respecto, por su propio bien.
-      Oh, Finnick, cuánto lo siento.
Finnick suspiró, soltando la cuerda.
-      No, yo lo siento. Siento no haberte advertido.
Katniss le cogió la mano. Estaba fría como el hielo.
-      Pero sí que me advertiste, en el aerodeslizador – comentó ella.
Finnick no recordaba casi nada de aquel día, salvo el momento en el que se había enterado de que Annie no estaba en el distrito 4. Sin embargo, sí recordaba haber hablado con Katniss junto a su cama, poco antes de llegar al 13.
-      Cuando me dijiste que usarían a Peeta contra mí, creía que te referías a un cebo, a una forma de atraerme al Capitolio.
Finnick intentó hacerse paso a través de la bruma que rodeaba su memoria. Recordaba haber estado sentado junto a Katniss, en uno de los pocos momentos de lucidez que le quedaban. Recordaba haberla escuchado llamar a Peeta en sueños, susurrar mil ‘lo siento’. Y entonces había dicho algo, algo que no era más que lo que él estaba sufriendo con Annie.
Se darán cuenta enseguida de que no sabe nada y no lo matarán si creen que pueden usarlo contra ti.
Igual que estaban haciendo con Annie. Ni Peeta ni Annie servían para obtener información. Solo Johanna, y en cuanto la tuviesen, su amiga moriría sin remedio. Para ellos, Johanna Mason no tenía importancia.
-      No debería haberte dicho eso – murmuró, agitando la cabeza para eliminar todos sus pensamientos -. Era demasiado tarde para que te sirviera de algo. Teniendo en cuenta que no te advertí antes del Vasallaje, tendría que haber cerrado la boca, no debería haberte dicho nada sobre cómo funciona Snow.
Katniss, a su lado, observaba sus dedos con atención. Finnick hacía un nudo tras otro, deshaciéndolos, como un bucle. El chico continuó.
-      Es que no lo entendí cuando te conocí. Después de tus primeros Juegos, creí que para ti todo el romance era teatro. Esperábamos que siguieras con la estrategia, pero hasta que Peeta no se golpeó contra el campo de fuerza y estuvo a punto de morir, no comprendí…
Finnick miró a Katniss de soslayo, que había apartado los ojos de los dedos del muchacho y lo miraba con atención. Él cerró la boca, pero tenía que continuar. Katniss era su amiga, y los amigos se contaban las cosas. ¿No había sido así entre Dexter y él? ¿Con Johanna?
-      ¿No comprendiste qué?
-      Que te había juzgado mal – soltó, acariciándole la mano a la chica -, que sí que lo querías. No digo que fuera de una forma u otra, quizá ni tú lo sepas, pero cualquiera que prestara atención se habría dado cuenta de lo mucho que te importaba.
Katniss bajó la mirada, bajo los ojos de Finnick. Él lo había visto, y al parecer, también Snow. Ambos le habían dado al Presidente el arma perfecta, lo único que podría destruirlos, en esa Arena. Finnick pensó en cómo había chillado el nombre de Annie cuando la había oído gritar, al igual que Katniss había gritado el de Peeta cuando este saltó hacia atrás, impulsado por la descarga. Hizo otro nudo.
Y Johanna, su mejor amiga, alguien que no era más que un problema para el Capitolio, como se había llamado a sí misma una vez. Snow no contemplaba la posibilidad de que Johanna Mason pudiese importarle a alguien, pero Finnick sí se preocupaba. A pesar de que su cabeza se enfocase solo en Annie, a quien estaban torturando por su culpa, imaginarse a Johanna, que había creado un muro alrededor de sí misma para evitarse el sufrimiento, siendo torturada, gritando de dolor, incluso suplicando que la matasen… Le dolía demasiado.
-      ¿Cómo lo soportas? – preguntó Katniss, en apenas un susurro.
-      ¡No lo soporto, Katniss! – explotó él, llevándose las manos a la cabeza -. Está claro, no lo soporto. Cada mañana salgo de una pesadilla y descubro que lo de fuera no es mejor – Sentía que estaba a punto de contarle las pesadillas, las torturas que había escuchado de bocas de sus clientes, pero la chica ya estaba suficientemente rota -. Es mejor no rendirte a ello. Resulta diez veces más difícil recuperarte que hundirte.
Katniss inspiró con fuerza, asimilando sus palabras. Incluso él mismo se tomó un instante para asimilarlas.
-      Cuanto más te distraigas – añadió -, mejor. Lo primero que haremos mañana es buscarte una cuerda. Hasta entonces toma la mía.
Katniss se fue pasadas dos horas, dejando a Finnick adormilado en la esquina. Él logró arrastrarse hacia su habitación y tumbarse en la cama, releyendo una y otra vez el poema. Eso era lo único que lo mantenía medianamente cuerdo.
Alrededor de veinticuatro horas después, fueron autorizados para salir del búnker. Los bombardeos que Peeta había anunciado habían dejado prácticamente destrozado el distrito 13; sin embargo, Finnick no se sorprendió cuando lo condujeron a una zona exactamente igual. Era una gente acostumbrada a perder sus hogares una y otra vez, debían estar preparados. Boggs apareció en su camino mientras trataba de llegar a su nuevo compartimento y le ordenó que se uniese a él. Finnick sonrió. Había estado entrenando con el magnífico tridente de Beetee, una auténtica joya que era una mortífera prolongación de su brazo. Esta vez, no podrían decirle que no.
La sala en la que se reunieron estaba ya atestada de gente. La patrulla de la Presidenta Coin, Plutarch, Haymitch, Katniss… Finnick se sentó junto a ella, fijándose en que aún tenía el cordel entre unos enrojecidos dedos.
-      Os necesitamos a los cuatro – comenzó Coin, señalando a Finnick, Haymitch, Katniss y Gale con el dedo – vestidos con los uniformes y en la superficie. Tenéis dos horas para…
Finnick observó a Plutarch, que bebía de una humeante taza de café. El olor le llegó a la nariz y se le hizo la boca agua.
-      … Sinsajo sigue vivo. ¿Alguna pregunta?
-      ¿Podemos tomarnos un café? – preguntó Finnick, señalando la taza de Plutarch con el dedo.
Gale bufó al lado de Katniss, cruzándose de brazos, pero, en menos de diez minutos, tenían todos un café humeante delante de las caras, con distintos condimentos organizados en bandejitas. Finnick estiró la mano hacia una de ellas y cogió un sobre de nata en polvo, que salió a la superficie en su forma habitual en cuanto la echó en el agrio café. Después, tras echarse un par de azucarillos, se giró hacia Katniss con una sonrisa.
-      ¿Quieres un azucarillo?
Katniss sonrió.


2 comentarios:

  1. Comentario para tú… Don't bite me , please.
    First thing: Duck, aunque no comment every capiduck que conste que los sigo amando todos y sufriendo con ellos. Eso no lo dudes nunca. Srsly.
    La parte de ahora es horrible porque antes Annie estaba sufriendo porque Finn estaba en los Juegos, y ahora es al revés. Llevan tanto separados, holy shit. Ya desde que anunciaron lo que iba a pasar en el Vasallaje todo es horrible. Y doloroso. La verdad es que yo intentaba pensar que como Annie estaba mentalmente desorientada y no sabía nada de nada pues que no la torturaban mucho, but.. Shit. Y lo de Johanna ya no lo superaré nunca. Pienso all the time en que cada vez falta menos para que saquen a Annie, Mason y Peeta de ahí, pero va a seguir siendo dolorosa porque Johanna hablando con Finnick va a ser una patada en el estómago. Y luego Annie… Shit.
    Las baldosas manchadas con la sangre de Peeta :))))))))))))))))))).
    Katniss sujetando la mano de Finnick :)))))))))))))
    Finnick sufriendo, teniendo pesadillas y gritando en el búnker :)))))))))))))
    Finnick hablando con Katniss en el búnker :))))))))))))))))
    Cuando piensa sobre Annie :)))))))))))))))))))))
    Y Johanna :))))))))))))))))))
    Aclaración: :)))))))))))))) = me voy a tirar por la ventana right here right now.
    Bueno, que me están entrando ganas de releer Sinsajo y entonces sufriré aún más y. Ah.
    '¿Quieres un azucarillo?'
    'Cada mañana salgo de una pesadilla y descubro que lo de fuera no es mejor'
    'El punto débil de Finnick Odair ear Annie Cresta'
    Damn you Clara Timon Duck Piraña Patata.
    Finnick ignorando a Plutarch y pidiendo café lo es todo. TODO.
    And… Con cada comentario que hace Finnick sobre Katniss me acuerdo un poco de lo que ella estaba pensando en ese momento y es horrible. Sobre todo con la de casas malas que le pasan y… Ah. La conexión que hay entre él y Katniss es muy méh. Están en la misma situación y se ayudan el uno al otro. Y lo describes just como lo imaginaba, o mejor. Srsly, man, lo estás clavando.
    And, by the way, he leído en Twitter stalkeando (ña) que querías empezarte Sherlock. Well. FUCKING DO IT. PORQUE ES TAN ÑA QUE NO VAS A PODER VIVIR ANYMORE. And I'll try to do the same with Orphan Black.
    Very very very good luck with the exams… Don't die studying, please.

    Love always,
    Shen the Spoon.

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  2. WIFIIIIIIIIIIIIIIIIIIII.4 de febrero de 2014, 20:13

    Vale, voy a intentar comentar normalmente el capítulo, pero es difícil porque el ‘mientras tanto, en el Capitolio…’ se ha clavado en mi cerebro y no se quiere ir. ES QUE NO PUEDO DEJAR DE PENSAR EN LO QUE ESTÁN PASANDO JOHANNA Y CO (sorry not sorry, pero Mason is the most important) EN EL CAPITOLIO MIENTRAS YO LO ESCRIBO. Ok, no.

    First of all, BEETEE IS THE KING OF THE WORLD. Es tan sumamente épico todo lo que hace, en fin… GOD SAVE THE KING. Vale, ahora estoy pensando (¿Tengo que poner: SPOILER Sinsajo?) en Prim y puede que no todo lo que hace sea épico, aunque en realidad no importa who the fuck made the bomb, right?

    Creo que va a ser la única vez que te agradezca que te saltes algo, pero gracias por no poner a Finn hablando de Rue. Srsly, no estaba preparada para eso y nunca lo estaré. Es como que le has quitado parte de ‘horriblosidad’ a lo que viene y es ña, sí que te preocupas por los lectorePFFFFFJAJAJAJAJAJJA Sé que no, bitch.
    Peeta avisando del bombardeo es demasié, y lo de la sangre en las baldosas fue uno de los finales que más ‘wtf’ me dejaron de CF. Had to say it.

    Duele, duele mucho ver a Finnick mentalmente desorientado... ES QUE CUANDO SE ACURRUCA EN UNA ESQUINA. OH, SHIT. DO YOU HEAR ME (ALMOST) CRYING? Actually, llevo varios capiducks sin llorar y estoy orgullosa de mi misma. Weeeeeefuck ‘Never let this go’.

    “Lo dejó acurrucado en la cama en posición fetal” NO TE ATREVAS A MOFARTE DE CÓMO NOS DEJAS SIEMPRE A NOSOTRAS DENTRO DE LOS CAPIDUCKS. DON’T YOU DARE.
    Ehmmm… Esto… Finn. Pesadillas. Búnker. Nudos. Annie. El poema. Just go fuck yourself (no) (just Snow). “Su cara reflejaba una especie de dolor extraño, como si se estuviese rompiendo y no se esforzase por recuperarse” Nothing to say about this.

    Oye, ¿Finnick sabe lo de Dexter? ¿Por qué nunca piensa en él? Cruel. Y JOHANNA TIENE IMPORTANCIA PARA TODO EL MUNDO, OKAY? OKAY.

    “Y los amigos se contaban las cosas” Esto me ha recordado al tuit de diariopita sobre las cosas gordas y le ha quitado la emoción al momento con el despiporre. Ña. Y, bueno, tampoco hay mucho que comentar en los trozos que salen en el libro.

    Imaginarse a Johanna siendo torturada me duele más a mí que a Finnick, sure. Y ya lo tengo suficientemente presente como para que encima no dejes de recordarlo cada poco :’(((((((((((((((((((((((((((((.
    FINNICK, ¿CÓMO MIERDAS PUEDES SONREIR MIENTRAS OFRECES AZUCARILLOS SABIENDO QUE ANNIE ESTÁ EN EL CAPITOLIO? HOW, YOU BANDIT?

    Cosa buena: JOHANNA Y ANNIE AL DISTRITO 13 NEXT WEEK, C’MON. FINALLY HAPPY THINGS ARE COMING. SRSLY, I REALLY NEED HAPPY STUFF, AUNQUE LUEGO VENGA LO PEOR. I DON’T CARE, I SHIP IT. Y lo mejor es que vas a tener mucha libertad con lo que viene y eso es ‘méhña’. I CANNOT WAIT UNTIL THE WEDDING AND THE PUKE RAINBOWS AND EVERYTHING. Seguro que no va a ser excesivamente puke rainbows porque Annie va a estar descerebrada, pero ñañañañañañañañañañañaññañaa. SRSLY, LA BODA (que me has spoileado en parte, but...).

    Comentario para tú, sorry por no poder dejarlos todas las semanas. Keep writing, bitch (you know what I mean).

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