lunes, 27 de agosto de 2012

Los Juegos del Hambre. 'Te traeré más fresas'.

 
Bueno, pues aquí va mi primer fanfic. La trilogía que más me ha marcado en mi vida ha sido 'Los Juegos del Hambre'. La historia, los personajes, los valores que transmite... es imposible no enamorarse de esos libros hasta el punto de meterse en sus páginas. Suzanne Collins es una genia. La película estuvo genial, pero hubo cosas que no me gustaron, como, por ejemplo, que quitasen a Madge. Me pareció horrible. Así que con este fic intento que la gente no olvide que ella también es parte de la historia. Siempre he fantaseado con la pareja que hacía con Gale y *spoiler* si ella no hubiese muerto en Sinsajo, bueno, en la destrucción del distrito 12, me hubiera gustado que hubiesen acabado juntos, después de la elección  (llamad por elección, el maravilloso epílogo) de Katniss *fin del spoiler*. Así que aquí va. Espero que os guste.


La bola de fuego impacta de lleno en la pantorrilla de Katniss y la mano de Gale, que está sentado junto a mí, se coloca repentinamente sobre la mía.
Según yo lo he visto siempre, Gale solía ser un chico fuerte y decidido, valiente. Quiero decir, es el mayor de sus hermanos, lleva a cargo a toda su familia después de la muerte de su padre en la mina… Valiente. Y ahora, bueno, de alguna manera lo está siendo también. Él ama a Katniss. Lo noto en la forma en la que la miraba cuando ella no se daba cuenta, quizás cuando él creía que nadie se daba cuenta; por cómo la protege, no solo a ella, sino al resto de su familia; por cómo está sufriendo él ahora aquí, por ella, sentados en esta plaza, frente a la gran pantalla. Lo cierto es que yo ya he asumido que él es inaccesible.
-      Gale – pregunto, mirándole -. ¿Estás bien?
Él frunce el ceño y sus ojos grises me taladran, preocupados por las imágenes de la pantalla.
-      ¿Por qué no le envían nada? ¿Dónde están los patrocinadores? ¿Qué está haciendo Haymitch Abernathy por ella? Absolutamente nada.
Él regresa la mirada hacia la pantalla, pero las imágenes han sido sustituidas por las de la niñita del Distrito 11, que parece arreglárselas muy bien sola. Gale suelta un bufido y se levanta, frotándose los ojos con los nudillos.
-      Voy con ellas.
Susurra, y lo observo perderse más allá de la plaza. Probablemente, la familia de Katniss esté en el Quemador, porque allí encuentran el apoyo de la gente que de verdad quiere a Katniss. Yo la quiero, sí, pero no me atrevo a entrar allí. Me sentiría como una completa extraña entre tantos conocidos.
Mientras las imágenes de la pantalla van mostrando al resto de tributos que quedan vivos, recuerdo un momento con Gale, mucho antes de que empezasen estos juegos. No he tenido muchos momentos con él y, de hecho, creo que este es el único que me hace sentirme realmente bien.
Estoy sentada en la Pradera, mientras mi padre recibe a no sé qué entidades del Capitolio en casa. No me gusta esa gente, suelen despreciar nuestras cosas y tratarnos como completos incultos. Así que me dedico a observar los saltos de un pequeño conejo que corre a lo largo de la alambrada. Entonces, una sombra me tapa la luz del sol y me giro.
-      Vaya, Madge Undersee. ¿No estás muy cerca del bosque?
Gale, con el ceño fruncido. Lleva un pequeño bolso colgado del hombro, así que supongo que pretende meterse en el interior del bosque con Katniss para coger algo que vender en el Quemador.
-      Podría preguntarte lo mismo, ya sabes – respondo, con una sonrisa.
-      Sí, pero no lo harás.
Para mi sorpresa, Gale se sienta junto a mí y saca del bolso un pequeño saco lleno de fresas.
En mi casa, es como una pequeña herencia el gusto por las fresas. Mi padre me contó que un tatarabuelo mío o algo así tenía un jardín lleno de fresales. Los cuidaba constantemente, y luego hacía ricas comidas con las fresas. Mi abuelo reconstruyó el jardín, muchos años después, y siguió cultivando fresas hasta que falleció. Pero mi padre jamás fue capaz de tocar los arbustos. Es, como dice él, ‘un completo huracán para las plantas’. Así que se las compramos a Gale.
Cojo una de las fresas del saco y la muerdo. El jugo dulce se desparrama por mi boca y es como si me sintiera plenamente completa. Estoy aquí, sola, con Gale, comiendo fresas, bajo la luz radiante del sol. Todo está absolutamente bien.
-      Deberías venir algún día – dice Gale.
-      ¿Hum?
-      Al bosque. Ver lo que hay fuera.
Casi me atraganto con la fresa. ¿Ir al bosque, yo? Veo normal que él lo haga porque bueno, o sea, él lo ha hecho siempre, ¿no? Y además sabe cazar y conoce el bosque, pero ¿yo?
-      No creo que sea una buena idea – admito.
-      Ya bueno, tú y tus estúpidas normas. ‘Como soy la hija del alcalde, no puedo cruzar la alambrada, no puedo desobedecer al Capitolio, ni siquiera odiarlo…’ Dime, Madge. Si te seleccionaran en unos meses para ir a la Arena, ¿los odiarías?
No sé por qué, pero cada palabra que sale de su boca me duele. Quizás sea por el significado de la frase en sí, o por el tono con el que lo dice. O puede que solo sea porque, en el fondo, sé que dice la verdad.
Nunca me he planteado odiar al Capitolio. Quiero decir, los Juegos son una crueldad, pero no nos queda otro remedio que acatarlo. La culpa la tiene quien creó el espectáculo, ¿no? Y todos los que lo llevan a cabo. El resto de ciudadanos han sido educados así, no podemos culparlos. Pero está ella, mi tía, Marysilee. Papá me habla de ella a veces, y odio la manera en la que la encerraron ahí para que acabara sus días. Y la manera en la que eso destrozó a mi familia, porque mi madre apenas sale de su habitación. ¿Odio al Capitolio? No, odio a Snow y a los organizadores de los juegos.
-      No sé, Gale.
-      Tal vez, si tú convencieras a tu padre de que…
-      ¿De qué, Gale? – sé por dónde va, y no me gusta -. ¿De que organice una rebelión contra el Capitolio? Ya sabes cómo acabó el 13.
-      Pero si el resto de Distritos…
No quiero seguir escuchando, así que me aparto de él. Tras un largo silencio que me parece interminable, le miro a los ojos y le pregunto:
-      ¿No has quedado con Katniss?
-      Sí, más tarde. Ella estará detrás de algún bicho ya. Seguramente tenga cinco ardillas colgadas del cinturón.
Veo la manera en la que se le ha iluminado la cara y no puedo evitar sentir una punzada de celos. Pero, ¿celos de qué?, ¿de quién? Él y yo apenas nos conocemos, no tenemos nada salvo un par de comentarios, mientras que Katniss y él son como uña y carne. Lo comparten todo. No tengo derecho a sentirme así.
-      ¿Y tú?- interrumpe Gale -. ¿No has quedado con ningún chico de la Veta hoy?
-      ¿Ah?
La insinuación de que yo quede con chicos de la Veta me parece absurda, sobre todo teniendo en cuenta la de cosas que se me pasan por la cabeza cuando estoy con él.
-      Bueno, te vi hablando con ese chico, Vier, el otro día.
Se me corta la respiración por un instante. ¿Qué demonios significa eso? ¿Qué Gale me espía o que se preocupa por mí? ¿Qué le importo, aunque solo sea una milésima? ¿Qué también siente celos al verme con otros chicos? O sea, a ver, Vier no es nada, tan solo un buen amigo del colegio que vino a oírme tocar el piano, pero ¿qué pasaría si lo fuera? ¿Cómo afectaría eso a Gale?
-      No, Vier y yo solo… No – noto cómo mis mejillas se encienden poco a poco.
-      Ya, y por eso te estás poniendo roja como un tomate, ¿verdad?
Evito mirar a Gale, porque lo cierto es que me siento como a punto de estallar de vergüenza. ¿De verdad es esto real?
-      Bueno, no me importa en realidad. No debería importarme.
Eso me duele. Intento recomponerme y creo que lo consigo, porque me giro hasta mirar fijamente a Gale a los ojos.
-      No, no debería importarte.
Cojo otra fresa del saco y Gale parece hacer lo mismo, pero los dos agarramos la misma sin querer. Entonces me doy cuenta de que solo queda una, así que la suelto.
-      ¿No la quieres? – pregunta, sujetando la fresa a la altura de sus ojos.
-      No… quiero decir, sí, pero… - ya estoy empezando a balbucear como una imbécil.
-      Cierra los ojos.
Le miro con desdén, como si estuviera gastándome una broma, pero no hay símbolo de eso en sus ojos grises, así que le obedezco. Entonces, segundos después, la suave piel de la fruta se posa sobre mis labios y abro la boca. De nuevo, el sabor de la fresa hace que me sienta feliz, y más aún sabiendo quién está dándomela.  Algún león o algo así ruge dentro de mí.
-      No los abras – ordena Gale, con una suave voz tenue.
Me quedo sentada, masticando la fresa en mi boca, con los ojos cerrados, esperando a que él me deje abrirlos. Entonces noto respiración en mi cuello y se me eriza el pelo de todo el cuerpo.
-      Te traeré más fresas.
Y, cuando abro los ojos, él ya no está allí.
Muevo la cabeza y me encuentro de nuevo con la plaza, llena de gente, aterrorizados por los juegos. En ese momento, Peeta Mellark, el panadero que confesó ante todo Panem su amor por Katniss, está saliendo en pantalla, siguiendo a los profesionales como un perrito faldero. Yo, confiando en mi instinto romántico, opino que él lo hace para proteger a Katniss, porque no hace más que alejarlos de ella, pero quizás no sea así y todo sea una estrategia.
Cuando comenzó todo el tema de los amantes trágicos, Gale no decía nada, aunque yo sé lo que piensa. No porque le conozca como Katniss hasta el punto de saber cómo es y cómo actúa, sino porque se lo veo en la cara. La forma en la que sus manos tiemblan de rabia cuando Peeta aparece en pantalla, el ceño fruncido cuando es Katniss la que lo hace. Seguro que está arrepintiéndose de no haberse presentado voluntario para ir con ella. Pero Katniss jamás se lo habría perdonado, y él lo sabe.
Pongo las manos en el suelo y, justo cuando la mano izquierda roza el sucio suelo de tierra, otra mano se sitúa sobre la mía. Me giro y veo los ojos de Gale clavados en los míos, casi tan negros como la noche que se cierne sobre nosotros.
-      Todo está bien, ¿verdad? – pregunta.
-      Sí, lo está – respondo.
-      Ella estará bien, no le va a pasar nada malo.
-      Nada malo, Gale – continúo.
Entonces, él esboza una nueva sonrisa y, acto seguido, cambia completamente a una cara de máxima concentración, con todos sus sentidos puestos en esa pantalla, observando cada detalle.
En ningún momento, él aparta su mano de la mía.





6 comentarios:

  1. Es muy buena, en serio.
    Espero que sigas escribiendo que se te da genial.
    Besos :)

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  2. Pareceré tonto al preguntarte esto pero ... ¿cómo haces para separar los párrafos? Esque yo tengo un blog y me sale todo junto. Por cierto, me encanta

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  3. Coincido contigo en que la trilogia de LJDH marca a una persona de por vida, hay un antes y un despues. Cuando vi la pelicula (esperaba ansiosa por verla durante mucho tiempo) creia fervientemente que no iba a ser igual que el libro y que una vez mas me iban a defraudar como en algunas adaptaciones, pero no lo fue. Salvo el caso de dejar de lado a Madge y como obtiene el Sinsajo Katniss.
    Muy buen trabajo y muy bien redactado, admiro la capacidad de redactar de algunas personas. Seguire leyendo. :)
    Be.

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    1. Muchísimas gracias.
      En cuanto a lo de las adaptaciones, yo ya he empezado a verlas más como un complemento del libro o algo aparte, porque, de la otra forma, no las disfruto.
      Muchas gracias :)

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  4. Pues que voy a empezar a leerte desde cero. Empezando por 'Te traeré más fresas'.

    Es cierto que esta trilogía marca mucho, y que Gale y Madge son shippeables desde que Katniss fue a venderle fresas a Madge en el primer libro.

    Tu narrativa se hace amena, y nada pesada (al contrario que la mía), y sinceramente me ha encantado. La manera en la que has descrito los sentimientos de Madge son sñañebfla aunque lo de 'La mira cuando cree que nadie se da cuenta' y '¿qué es esto que siento' son unos tópicos como una casa, pero quedaron bien así que nada.

    Escribir en letra de menor tamaño desvía la atención del lector, y me refiero a que el cerebro relaciona pequeño con insignificante y no es así. Yo por ejemplo prefiero escribir en cursiva las "frases revelación" que te acaban con el fic/capítulo/oneshot/drabble elegantemente, pero escribirlas en negrita también lo he visto (leído, más bien).

    Ya sé que no tiene mucho sentido porque ya llevas muchas cosas publicadas en el blog, y en fin. Se me entiendo (digo yo xd)

    Besos,
    @draeghon

    ps. Pongo el twitter porque, fail. Si comento con la cuenta de google no me deja por no se qué problema y el anónimo es la otra opción que me queda.

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