martes, 4 de septiembre de 2012

Los Juegos del Hambre. La Comadreja, parte II. 'Jaulas de la noche'.

¡Holita! (? Vale, aquí estoy para poner un nuevo fic. La segunda parte de la Comadreja. He de decir que esta parte fue el primer fic que escribí, así que es más corto que el resto. Bueno, el caso es que, como dije ayer, la Comadreja es uno de mis personajes favoritos de la trilogía, y su muerte me pareció un poco... ridícula para una persona tan lista. Sigo manteniendo que ella podría haber ganado perfectamente. Pero en fin. Este fic tiene dos partes: una ocurre la primera noche de los juegos, la otra, al final. Espero que os guste este fic, como siempre :3



No sé qué ha sido eso, aunque sospecho que no es algo, sino alguien. El problema es, ¿quién? No será ninguno de los profesionales, por descontado, ya que ellos se protegen unos a otros. Atiendo un poco más y escucho un grito agudo: es una chica, o sea que puede tratarse de la chica del Distrito 8, la niña del 11 o Katniss. Poco después, la agonía de la chica se silencia y escucho los vítores de los profesionales que, a los pocos minutos empiezan a discutir entre sí. El cañonazo no llega.
-      ¡He dicho que está muerta!
Agudizo el oído, intentando encontrarle sentido a los insultos de los tributos hasta que, finalmente, uno de ellos les manda callar.
-      ¡Estamos perdiendo el tiempo! ¡Iré a rematarla y seguiremos moviéndonos!
Peeta Mellark. Así que aún le mantienen con vida. Escucho como el chico se aleja y decido seguirle para asegurarme de que no matará a su compañera de distrito. Traicionaría a la audiencia de ser así.
Peeta llega hasta la víctima y levanto el cuello para observar quién es. Cuando lo hago, no me sorprendo en absoluto: solo se trata de la chica del 8. El chico amoroso saca un cuchillo de su bota y suspira, mirando a la chica, que agoniza en el suelo suplicando. Tiene una fea herida en el estómago, una herida a la cual no sobrevivirá durante más de cinco minutos. Lo que no entiendo es cómo no está muerta ya.
-      Yo no soy así – masculla Peeta, asqueado, cerrando con fuerza los ojos -. Lo siento.
La chica le mira y él le corta el cuello con el cuchillo. Me trago una náusea y veo cómo él se aparta, apoyado contra un árbol, y se frota las sienes con los dedos.
-      Yo no soy así – se repite y, acto seguido, se aleja del cuerpo.
Suena el cañonazo y, a los pocos minutos, llega el aerodeslizador para llevarse el cuerpo. Ya solo quedamos doce.
 ~~
Tengo verdadera hambre. Desde que Katniss Everdeen hizo estallar la comida de los profesionales, mi comida, el resto de los juegos ha sido un completo suplicio. La única parte buena es que solo quedamos cuatro, después de que la chica del 2 y el del 11 muriesen. Con un poco de suerte, la chica en llamas y el bruto del 2 se matarán entre ellos, pues escuché a la chica del 2 decir que Peeta Mellark estaba herido antes de que el del 11 le reventase la cabeza con una piedra. Así, Peeta morirá desangrado y yo saldré de aquí, de vuelta al Distrito 5. Por fin.
Bueno, supongo que, si nadie me ha encontrado durante todo este tiempo, nadie lo hará ahora. El chico del 2 está desesperado por ganar y, de paso, llevarse por delante a los dos del 12; y, por otro lado, ellos están juntos, dándole al público el amor que tanto les gusta, y seguro que están recibiendo mil regalos de patrocinadores. Por el contrario, yo no he recibido nada, salvo la mochila verde llena de botellas de agua y comida que he engullido en demasiado poco tiempo. Por eso, mi estómago no para de rugir.
Me mantengo caminando hasta que ya no puedo más y me siento en una roca cercana a un riachuelo. Decido coger un poco de agua con las botellas que tenía en la mochila, pero de repente, algo me frena. Alguien está haciendo demasiado ruido cerca de mí, rompiendo ramas en el suelo. Por dios, ¿quién querría hacer tanto ruido y querer que no le descubran? Me escondo tras un árbol, preparada para atacar si hace falta. Ya no puedo consumar mi rabia respecto al chico del Distrito 1, puesto que murió hace unos días, creo que asesinado por Katniss. Sin embargo, si es el tributo del 2, no me contendré, ni escaparé, sino que intentaré pillarle por sorpresa. 
Alguien silba unos metros más allá, alguien le responde y me ayudan a cerciorarme de quiénes pueden ser: los tributos del Distrito 12. Me acerco un poco más, siempre oculta tras los árboles, conteniendo al máximo los sonidos que puedan originar mis pies al rozar el suelo. Casi puedo oír al Capitolio rugiendo para que me acerque al tributo ruidoso cuando me doy cuenta de que es Peeta Mellark, agachado junto a un arbusto de bayas. No sé si es que me lo imaginaba más pálido, magullado o herido de gravedad como dijo la chica del 2, pero, desde luego, no está para nada así. Presenta buen aspecto en general. Le observo mientras recoge unas bayas rojas y las deposita sobre un cuadrado de plástico, situado junto a la mochila naranja que Katniss consiguió el primer día en la Cornucopia. El hambre me vence.
Cuando Peeta se aleja de la comida, me abalanzo sobre ella, hambrienta, con el estómago rugiendo. Oigo otro silbido, pero está lo suficientemente lejos como para que llegue a tiempo para cogerme. Ni siquiera corriendo. Cojo un pequeño trozo de queso y lo mordisqueo, saboreándolo. Mi cuerpo me lo agradece y parezco recuperarme, pues me siento mucho más fuerte. Gracias, tributos del Distrito 12, por alimentarme mientras os matáis entre vosotros, pienso riéndome. Cojo un puñado de bayas rojas, pues tienen una pinta extraordinaria, y me interno de nuevo en el bosque, justo a tiempo para ver cómo la chica en llamas atraviesa nerviosa el campo, gritando el nombre del chico amoroso. Sonrío. Ellos están perdidos en sus propios problemas como para preocuparse por la comida que les falta. Me alejo despacio, consciente de que no sospecharán de mí y se pelearán entre ellos mientras me distancio. Quizás pueda encontrar una cueva o una rama baja donde pasar la noche antes de que todo acabe por fin. Espero que los Vigilantes no metan algo parecido a las bolas de fuego de los primeros días, porque una de ellas casi hace volar mi cabeza. Oigo a la pareja discutir a voces un poco más allá, pero no me detengo. Me llevo un puñado de bayas a la boca y las saboreo con detenimiento. Tienen un sabor picante, mezclado quizás un una pizca de algo dulce, y están tremendamente asquerosas. Sin embargo, me contengo las ganas de escupirlas, con la necesidad de saciar mi hambre, y las trago.
Voy a ganar, pienso. Un dolor me atraviesa el estómago.
 ~~
El cañón suena.


 

6 comentarios:

  1. Es uno de las fanfic de los Juegos del Hambre más originales que he leído. Coincido contigo en que la Comadreja podría haber ganado perfectamente,con su estrategia de evasión. Me ha encantado, sigue así.

    http://citascinefilas.blogspot.com.es/

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  2. Me encanta tu forma de escribir. Yo tambien creí que era un enemigo a tener en cuenta. Era muy inteligente y su muerte fue por un error. Podía haber ganado los juegos perfectamente.

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    1. Gracias :)
      La verdad es que yo adoraba su táctica. Si yo estuviese en los Juegos, creo que actuaría así.

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  3. Hola

    La verdad es que la Comadreja también es uno de mis personajes favoritos (yo creo que debería haber ganado xD) Su muerte es un pelín absurda pero tu teoría es interesante, es decir, estaba tan desesperada por comer porque tenía un hambre terrible que no se dio cuenta de lo que comía. Todo el mundo comete errores, lo malo es que el suyo a ella le costó la vida (Un día obligaré a Suzane a decirme el nombre de la Comadreja)

    Por otra parte escribes muy bien, tu estilo es muy fluido y muy fácil de leer. La idea es original y le has sacado mucho partido. Seguiré leyendo por el blog.

    Muchos besos

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