jueves, 4 de octubre de 2012

Capítulo 4. Sirenas.


-      Mi nombre es Yaden, y voy a ser tu estilista.
Annie miró al hombre que tenía ante sus ojos y se sorprendió ante lo normal que parecía. Era muy delgado, sin músculos. Tenía los ojos verdes, debajo de dos cejas cuidadosamente depiladas, y el pelo rubio con mechones de color azul. Su piel era blanca como el mármol, pero no parecía extravagante como el resto, sino raro. Solo un chico raro.
Yaden vestía muy normal también, observó Annie. Pantalones blancos muy ajustados, camiseta azul y una bufanda morada anudada al cuello. Su sonrisa indicaba que Yaden era un chico carismático y agradable, con el que se podía mantener perfectamente una conversación.
Annie permaneció desnuda ante él, dejando que la observara. Cuando Yaden dejó de dar vueltas a su alrededor, sonrió y cogió un mechón de su pelo castaño entre las manos.
-      ¿Esta es la forma natural de tu pelo? – preguntó, con un acento muy marcado.
Annie asintió. El pelo le caía en bucles a ambos lados de la cabeza, bucles suaves que desaparecían en las puntas. Ella siempre había odiado su pelo, pero Yaden parecía fascinado con él.
-      Hermoso – añadió, y se giró hacia su equipo -. Quiero que aliséis ligeramente las puntas de su cabello, voy a dejarlo así. Queda exótico, justo como quería.
Annie dejó que pasasen extraños instrumentos por su cabello hasta que, minutos después, el equipo les dejó solos. Yaden, con su habitual sonrisa, le tendió una mano fina, con las uñas pintadas de color morado, y la invitó a sentarse en un elegante sofá para conversar durante un rato, arropada con un albornoz.
-      ¿Estás nerviosa? – preguntó el estilista, pasándose una mano por el pelo.
-      Sí – respondió Annie, tragando saliva.
Yaden se rió. Annie no supo si se reía de ella, de lo patética que se sentía o de sus nervios. Aun así, lo único que pudo hacer fue mirar las baldosas del suelo, esperando que Yaden dijese algo.
-      ¿No quieres saber qué vamos a hacer en el desfile?
Cuando Annie levantó la vista ante ese comentario, vio que Yaden sonreía, como quien está viendo a un pequeño bebé adorable. La muchacha sonrió, acariciando la tela suave de su albornoz, y asintió con la cabeza.
-      Solo puedo decirte, Annie – continuó Yaden, risueño -, que es espectacular.
Annie sonrió de nuevo. No se le daba bien hablar con la gente, pero era fácil estar con Yaden. Hablaba él solo, se contestaba a sí mismo. Y, a pesar de todo, seguía siendo agradable con ella. Yaden le contó que ese era su primer año como estilista en los Juegos, después de haber estado cinco años ayudando a Carrion, la estilista de Kit, con otros tributos. Le contó, también, que había ojeado los trajes de algunos distritos y el suyo los superaba con creces. Entonces, el reloj marcó una hora con un sonoro ‘tic, toc’, y Yaden se levantó con cuidado para abrir la puerta.
Tres personas, las mismas tres personas que se habían encargado de depilar todo su cuerpo, lavar su pelo, limpiar su piel y pulir sus uñas, entraron en la habitación llevando consigo un largo paquete.
Yaden parecía dar saltos de felicidad.
-      Este será tu traje, Annie.
La curiosidad movió a la chica a acercarse al paquete. Fue entonces cuando Yaden lo abrió, revelando el traje que había debajo. Annie soltó una exclamación. Realmente, era hermoso.
Dejó que Yaden y el resto del equipo la vistiesen, deslizando el espléndido traje por sus extremidades. Nunca había visto algo como eso. Llevaba una falda larga, con una inmensa cola, llena toda ella de escamas en diferentes tonos de azul, verde y morado, dejando al descubierto una de sus piernas. La falda se unía en los costados a un sostén con forma de conchas de color verde, colocado específicamente sobre sus pechos. Le dejaron el pelo suelto, recogiéndole únicamente dos mechones con dos hilos de un verde muy brillante, que le daba aspecto de algas. A lo largo de sus brazos colocaron más escamas, hasta que, al mirarse en el espejo, vio en sí misma a un pez. Un pez como aquellos con los que ella nadaba en su playa.
Annie no podía dejar de pensar en lo hermoso que era el traje. No solo las escamas, que proyectaban la luz y daban a su piel sombras multicolores, sino también el efecto que causaba en ella misma. Se veía bella, como nunca antes.
-      ¿Cómo te ves? – preguntó Yaden, con su permanente sonrisa.
-      Esto es… es precioso, Yaden, muchas gracias.
Yaden sonrió tanto que las mejillas casi se le juntaban con las cejas. Acompañó a Annie hacia la plazoleta donde tenían que esperar para que comenzase el desfile. Los carros ya estaban allí, ese año movidos por caballos blancos. Annie pudo ver trajes de otros tributos, trajes preciosos, pero cualquiera de ellos parecía brillar menos que el suyo. Ni siquiera el traje del distrito 1, que parecía hecho enteramente de diamantes. Kit ya estaba esperando, junto a una mujer de piel ligeramente verde. Annie supuso que sería Carrion, la compañera de Yaden.
Kit estaba realmente impresionante. Habían maquillado casi todo su cuerpo, haciéndolo parecer mucho menos moreno de lo que era en realidad. En lugar de una falda, llevaba unos pantalones largos, que se abrían abajo para dar lugar a una cola igual que la de Annie. Su torso estaba desnudo, aunque las escamas se extendían por los costados igual. Le habían cortado el pelo, aunque seguía conservando algunos rizos. Sus brazos, en lugar de escamas, tenían pegados trozos de algas dobladas, como si el agua las hubiese dejado allí por casualidad. Estaba increíble.
Kit la miró y abrió la boca un breve instante, movido por el asombro, a la vez que sus cejas se alzaron. Annie se sonrojó levemente, agradeciendo el maquillaje que le habían echado en la cara y que impedía ver sus mejillas coloradas. Sin embargo, todo eso se esfumó cuando se dio cuenta de que ella y Kit no eran amigos. No podían serlo, no al lugar donde iban. Simplemente eran del mismo distrito. Ya está.
Kit pareció entender eso también, pues movió la cabeza, borrando su expresión, y le dedicó una mueca, que bien podía significar ‘me alegro de verte’ u ‘ojalá te caigas del carro’. Annie se acercó a ellos, seguida por Yaden, que abrazó a su compañera. Ambos estilistas los observaron, emocionados por su obra. Dieron los últimos retoques al traje, colocando escamas aquí y allá en su correcta posición. Kit parecía disfrutar con eso, al contrario que Annie, cuyos nervios eran cada vez mayores. ¿Qué impresión causaría ella en el Capitolio? Desde luego no era la más guapa, ni la más fuerte, ni la más alta. Ni siquiera tenía pinta de ser peligrosa. Los excelentes ánimos que la chica tenía antes de llegar, con Yaden hablando sobre lo espectacular que estaba, habían bajado a una velocidad vertiginosa.
-      Vamos, chicos – dijo Carrion. Su voz parecía sacada de una muñeca de goma -. Estáis increíbles.
Kit sonrió, pero Annie no pudo hacer otra cosa que intentar mover la boca. Se sentía con ganas de vomitar, mareada, el traje le pesaba y preveía que iba a caerse del carro. Yaden puso una mano tranquilizadora en su hombro y sonrió.
Los tributos comenzaron a subir a sus respectivos carros. Yaden ayudó a ambos chicos con la larga cola, pero Kit tuvo que sujetar a Annie antes de que la chica tropezase. Su mareo iba en aumento. Cuando la música de apertura comenzó a sonar, Annie sintió los temblores de Kit por todo el cuerpo y se sintió satisfecha. Al menos, pensó, no seré la única que se caiga del carro. El carro del distrito uno salió del establo, llevando a los dos tributos, vestidos con un impresionante traje de diamantes. Annie dudaba que fueran diamantes de verdad, pero realmente lo parecían. En cuanto el carro pisó el camino central, los tributos fueron ovacionados por el público.
-      ¡Y sonreíd! – gritó Carrion por encima de la música -. ¡Haced que os adoren!
Ambos se miraron, nerviosos y asustados.
-      ¿Cómo estás? – dijo Kit, hablando fuerte en su oído.
-      Horrible – confesó Annie.
-      Entonces, estamos igual. Agárrate, sonríe y saluda. Es todo lo que me han dicho.
El distrito dos salió detrás del uno, a una prudente distancia, con un increíblemente guapo tributo vestido con una túnica blanca. La verdad es que el chico estaba impresionante, con su pelo rubio ondeando al viento y los pequeños ojos clavados en la multitud. No era muy alto, ni tampoco muy fuerte, pero había algo peligroso en él. Annie se dijo a sí misma que debía observarle y tener cuidado.
El distrito tres salió poco después, con una impresionante chica pelirroja y un niño apenas un año menor que Annie, tan bajito que habían tenido que colocar un escalón para que se le viera bien. Kit rió por lo bajo al verlo y Annie lo miró, sonriendo nerviosa también.
-      Es divertido – se excusó Kit, sin devolverle la mirada.
De repente, sus caballos comenzaron a andar, siguiendo al distrito tres. Kit se puso tenso a su lado y Annie sintió el nudo permanente de su estómago más apretado que nunca.
-      Buena suerte, entonces – susurró Kit, agarrándose a la barra de metal que tenía delante.
-      Igualmente.
Annie sentía la garganta en carne viva cuando le habló, dudando incluso de que él la hubiese escuchado. Siguió su ejemplo y se agarró a la barra, por si se sentía desfallecer ahí fuera. Los focos de la calle la impactaron en la cara y sintió el rugido de la multitud a apenas unos pasos de donde ella estaba.
-      Allá vamos – se dijo, alzando la cabeza.
Sonrió como pudo y el carro salió a la calle.


5 comentarios:

  1. ¿Cómo de difícil te fue describir los trajes? A mi me ha costado bastante imaginármelos. Me ha hecho mucha gracia lo del niño enano XD

    Me leo otro y ya paro, ¿vale?

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    1. Para ser honesta, fue muy difícil. Tenía una imagen en la cabeza de cómo iba a ser el traje, pero no era capaz de plasmarlo. Era muy frustrante :)

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  2. Aquí estoy yo, en plena quincena de exámenes y con las materias al cuello. Psfú, moriré. Pero si tengo que morir, quiero morir habiendo leído tu fic <3
    Me imagino a Annie así vestida, y muero de perfección >.< He visto que dibujas, ¿has pensado en dibujar el vestido? Sé lo complicado que es dibujar ropa bien dibujada, una negativa no me sorprendería xD
    Hasta que me lea el capítulo 5, patito :3

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    1. Igualmente, yo también estoy con exámenes y creo que es peor que la Arena... Bueno, no lo creo: es peor.
      Jo, de nuevo, mil gracias :)
      De hecho, intenté dibujarlo para poder describirlo, pero en plan boceto. Puede que cuando tenga más tiempo, intente algo más elaborado, pero los trajes no son lo mío y creo que saldría una patata :)

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  3. Hola

    Pero ¿cómo lo puedes dejar ahí? He estado a punto de pasar al siguiente capítulo sin dejar comentario pero al final he rectificado y lo voy a dejar. Me ha encantado como has descrito el vestido de Annie, está muy perfecta. Y bueno, Kit también (no me cae bien, no sé porqué) Lo del chico bajito no era gracioso (Vale, no soy bajita pero tengo amigas que lo son y como ellas dicen ¡Que los bajitos también tienen sentimientos! xDDDDD) Bueno, seguiré leyendo.

    Muchos besos

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